Feminicidios y retroceso en derechos crecieron en su
sexenio
Silvia Núñez Esquer
Felipe Calderón evidenció su postura de desacuerdo ante
el avance de las mujeres desde el principio de su gestión. No sólo fue el
presidente responsable de mayor cantidad de muertos en tiempos “de paz”, sino
que aprovechó su mandato para hacer todo lo posible para que los derechos de
las mujeres se estancaran y más aún, dieran reversa.
El feminicidio en todo el país con más de cuatro mil
casos documentados en los seis años en que gobernó México, son una de la
muestras del desinterés por la vida de las mujeres. Su influencia en la política de salud
nacional permeó a todas las entidades que gobernadas por panistas, o por
priístas conservadores, colaboraron gustosos para una política pública
oscurantista que mermó el avance en la autonomía de las mujeres.
La violencia generalizada, crecida por la guerra que
sigue negando, ha sido cruenta para las mujeres que pierden la vida
invisibilizadas al pasarlas a la lista de “víctimas colaterales”, cuando en
realidad son las muertas de la discriminación de género.
Esto llevó a Florinda Riquer a la conclusión de que una
mujer de 20 a 24 años radicada en el noreste de México tiene un riesgo 39 veces
mayor de morir por homicidio, que una mujer de la misma edad de la zona centro
del país. Según la coordinadora del “Estudio
nacional sobre los orígenes de la violencia contra las mujeres”, e investigadora de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México, en el noreste una mujer de 55 a 59
años de edad tiene un riesgo 91 veces mayor de morir por homicidio, que una
mujer de esa misma edad de la zona centro.
En el Estado de Sonora, se cuenta con la Ley de acceso
de las mujeres a una vida libre de violencia desde 2007, pero a cinco años de
publicada, aún no ha sido armonizado el Código penal para tipificar el
feminicidio como delito autónomo. A pesar de los intentos de las organizaciones
sociales para impulsar ante el Congreso del Estado que incluya el feminicidio
entre los delitos penales, con su debido protocolo de investigación, ha sido
imposible su concreción.
Pero sin duda por lo que las sonorenses y otras
mujeres de 16 estados más lo recordaremos es por la estrategia de los grupos
conservadores apoyados por Calderón que lograron las reformas a las
constituciones estatales para proteger al óvulo fertilizado, confiriéndole
derechos de persona por sobre los derechos de la mujer que lo tenga en su
útero. Es decir, en el sexenio de Calderón se dio un paso atrás en el avance de
derechos sexuales y reproductivos al propiciar un ambiente de linchamiento para
las mujeres que abortan espontánea o voluntariamente, el cual no existía antes
de las reformas.
Otro rubro que Calderón dejará peor que nunca es el
incremento en el embarazo en adolescentes. Su política de negación de educación
sexual científica, integral, y sin prejuicios, llevó a que en Sonora los
embarazos en mujeres adolescentes crecieran en 39% de 2005 a 2010. Como
resultado, la muerte materna también se ha incrementado, colocando a Sonora en
el penúltimo nivel de los 4 que ubica el Observatorio de Mortalidad Materna,
para determinar la distancia en que se encuentran los estados de la República de
cumplir el Objetivo 5 del desarrollo del milenio.
Según los datos del Observatorio de Mortalidad Materna
en México, Sonora llevó una tendencia descendente en el cumplimiento de metas a
partir del 2006, teniendo un pequeño repunte en 2009, para volver a decaer en
2010, lo que augura pocas posibilidades de reducir en 75% la muerte materna
entre 1990 y 2015, como lo establece la Meta 5-A.
Tampoco podrá lograr para el 2015, el acceso universal
a la salud reproductiva, de acuerdo a la Meta 5-B pues en lugar de acercarse,
se aleja cada vez más, dado que no ha implementado políticas públicas al
respecto.
Pero sin duda el truene que evidenció la decadencia
transversal de todo el sistema de seguridad social fue el caso de la Guardería
ABC, ocurrido el 5 de junio de 2009 en Hermosillo, en el que murieron 49 niñas
y niños, mientras sus madres trabajaban.
La exhibición de los acuerdos basados en la
corrupción, amiguismo, impunidad, y negligencia del caso, se agregó a un pésimo tratamiento del
incidente, maltrato a los afectados, encubrimiento de los responsables, cinismo
al externar opiniones, y como corolario, dilación en el deber de publicar la
Ley General de Prestación de Servicios de Atención, Cuidado y Desarrollo
Integral Infantil, y su reglamento, impulsados por madres y padres organizados
a partir de la tragedia.
Felipe Calderón hubiera querido recibir en Nueva York
el inesperado premio a su sistema de guarderías Sedesol. Su más grande proyecto
de auto empleo para mujeres, pero el más evidente retroceso en el avance en la
educación inicial, pues sustituyó los Centros de Desarrollo Infantil impulsados
por el movimiento de mujeres, por casas habitación en donde “cuidan” niños en
el barrio.
Pero el casi ex presidente no pudo acudir al homenaje.
Los afectados por el incendio en la Guardería ABC protestaron indignados en
varios puntos del país, exigiendo a la ONU que no otorgara el premio, pues era
una burla para quienes perdieron a sus hijos el 5 de junio hace tres años.
La frase de entonces de los manifestantes en relación
al premio de la ONU es aplicable para todo su gobierno. Sin duda, por los más
de 65 mil muertos de la guerra, por las más de 4 mil víctimas de feminicidio, y
por las 49 niñas y niños fallecidos en la Guardería ABC, el sexenio de Calderón
está y estará en las páginas de la Historia manchado de sangre.
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