Columna de Emma Larios
En política y en la vida, la frase no hay fecha que no se cumpla, ni fecha que no se venza, es incuestionable.
En política y en la vida, la frase no hay fecha que no se cumpla, ni fecha que no se venza, es incuestionable.
Y esta semana, entre el 31 de agosto y el 1 de septiembre, se
instalará la LXII Legislatura, lo que implica el final del encargo de
quienes actualmente somos representantes populares ante el Congreso de
la Unión. Se cierra un ciclo político y se abren otros. Es la ley de la
vida que aplica también en la política.
En lo personal, ha sido un honor y un privilegio haber tenido la
oportunidad de representar a mi estado natal en el Senado de la
República.
Ser una de las voces sonorenses para tomar decisiones sobre los
aspectos mas importantes del país, es la responsabilidad más grande que
he tenido y me siento satisfecha porque, en todo momento, me entregué a
esa función generando condiciones para alcanzar el ideal de buen
gobierno y bien común.
Legislar es una experiencia muy gratificante cuando se cosechan los
frutos de esa labor, pero a la vez puede llegar a ser muy decepcionante
cuando se observa tras bambalinas el teatro de la política mexicana.
Aún así, ha sido honor muy grande haber integrado esta LXI
Legislatura. Las reformas a la constitución y las leyes que se aprobaron
durante este tiempo son de alto impacto y van encaminadas a
transformar, en el mediano y largo plazo, el régimen político y jurídico
del país.
La reformas de derechos humanos; la reforma en materia de juicio de
amparo; reforma política; reforma en materia de acciones colectivas;
reformas que ampliaron las facultades del Congreso para atender
diferentes problemas sociales, nueva ley migratoria y un largo etcétera.
Domingo a domingo, hemos charlado en este espacio sobre cada uno de
los logros legislativos y de la trascendencia de los mismos, en la
coyuntura de su discusión y aprobación.
Para su servidora, uno de los trabajos más significativos en esta
experiencia como senadora fue el proceso legislativo de la Ley 5 de
junio: desde el origen trágico y doloroso que sentimos como sonorenses;
por la entereza y solidaridad de padres y madres que decidieron encausar
el dolor en una propuesta de ley; por la iniciativa que presenté para
legislar sobre el tema; por el proceso legislativo en la que fue
determinante el empuje de la sociedad civil; por las luchas políticas
activadas desde distintas trincheras para que saliera adelante y, por
supuesto, por la aprobación unánime de la nueva Ley.
El descrito fue un proceso legislativo que abordamos en esta columna y
en esta semana se ve materializado con la expedición del Reglamento que
permitirá, por fin, la aplicación de esta Ley. Ahora desde la sociedad
habrá que estar vigilantes a ese proceso.
Otra aportación trascendente de la Legislatura que concluye y que
desde la sociedad se debe defender es la ciudadanización de los procesos
legislativos: hay que seguir legislando con la ciudadanía.
Se acabaron los tiempos de leyes en lo oscurito y, ahora, cada
reforma o discusión, por más mínima que parezca, debe realizarse de cara
a una ciudadanía que exige rendición de cuentas y transparencia. Estoy
segura que los grupos ciudadanos organizados, que ahora conozco mejor,
no permitirán que esto cambie.
Ahora me sumo como ciudadana a esa lucha juntos con muchas personas que estarán atentas del trabajo de diputados y senadores.
Los tiempos políticos se abren y cierran, pero en mi caso la vocación
política es una constante. No hice política por el cargo sino que hago
política por convicción.
Seguiré haciendo trabajo político desde la sociedad y el partido,
porque estoy convencida que México y Sonora necesitan más ciudadanía
incidiendo en las políticas públicas.
Como ciudadana y parte de la sociedad civil es tiempo de abrir nuevas
trincheras de análisis, deliberación y búsqueda de las acciones
ciudadanas que contribuyan al fortalecimiento de la democracia, los
derechos humanos, la rendición de cuentas y la transparencia.
Desde esa trinchera estaremos trabajando con la misma vocación que con la que ejercimos el cargo público.
En el ámbito partidista, los panistas tenemos un partido que arreglar y ahí también estaremos trabajando para ello.
En el partido vienen momentos de renovación de principios en los que
habrá de ponerse a discusión nuestra doctrina y reflexionaremos sobre la
ética política.
Habrá que llevar a cabo esta reflexión pero, al mismo tiempo, tenemos
que tender los puentes hacia la ciudadanía. Ahí en el PAN estaremos
participando también con proyectos, con ideas, con trabajo.
Sólo resta decir que en ánimos de rendición de cuentas quedo en
absoluta disposición para informar a la ciudadanía sobre el trabajo
realizado en el Senado de la República.
Agradezco a las y los sonerenses que me brindaron la posibilidad de ser su representante.
Termino esta encomienda con la frente en alto y con la conciencia
tranquila, capaz de mirar a los ojos a las ciudadanas y ciudadanos que
me dieron su confianza.
Mi lucha continuará y espero pronto coincidir con ustedes para seguir
trabajando juntos en la construcción de un Sonora más justo,
democrático y transparente.
Publicado en: Periódico Expreso, 25 agosto 2012
http://www.expreso.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=45784:cerrar-un-ciclo-con-la-frente-en-alto&catid=936:charla-con-emma&Itemid=76
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