sábado, 9 de julio de 2011

A flor de tierra

Lucía Antares Alfaro recibe apoyo para realizar documental

Silvia Núñez Esquer

Hermosillo, Son., 9 julio 2011.- Un verano agitado está viviendo la joven cineasta Lucía Antares Alfaro Hernández, pues no bien está terminando su cortometraje Café negro, cuando recibe la noticia de que ha sido seleccionada para una beca del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, CONACULTA, para realizar el documental A flor de tierra.

Poly Coronel entrega el apoyo a Lucía Antares Alfaro Hernández

Lucía es una joven sonorense a quien la imagen en movimiento le ha cautivado desde pequeña. Desde los “anime” japoneses que acompañaron su niñez, hasta los documentales más dramáticos, alimentan su vida y su gusto por ver y apreciar cine y video.

Sus primeros acercamientos a la realización cinematográfica se dan después de que termina la preparatoria en el internado “Benemérito de las Américas” en la Ciudad de México, y luego de intentar ingresar a estudiar cine profesionalmente sin lograrlo, decide cursar la licenciatura en Comunicación en el Instituto Tecnológico de Sonora ITSON en su lugar de residencia,  Ciudad Obregón, Sonora.

A pesar de su corta edad, Lucía Antares va dejando huella por donde pasa, pues actualmente es becaria de la Fundación Sonorense de Liderazgo FSL, institución que la apoyó en noviembre de 2010, para poder concretar su objetivo de dirigir alguna producción de cine. 

Habiendo trabajado en televisión como productora, y haber tenido la experiencia de asistir a directores de producciones documentales, Lucía Alfaro tenía el anhelo de vivir su propia experiencia como directora. Así que presentó un proyecto para producir, realizar y dirigir Café negro lo cual convenció a la FSL, para elegirla como becaria. 

El corto se encuentra ahora en postproducción, mientras su directora está preparando el viaje a Cananea, en donde permanecerá con su equipo de trabajo durante un mes, para empezar las grabaciones de su nueva producción, cuya carpeta fue elegida por un jurado de expertos en cine, por medio de un proceso de selección entre casi setenta propuestas.

El primer paso fue atender la convocatoria del Instituto Sonorense de Cultura ISC y CONACULTA, junto con otras 67 propuestas, de las cuales se eligieron 30 para que sus autores y autoras formaran parte del Diplomado en desarrollo de proyectos documentales, realizado en Hermosillo del 6 de mayo al 19 de junio, impartido por diversos directores y directoras, y maestros de cine. 

De ahí hubo una selección posterior para determinar cuáles eran las 22 mejores carpetas, mismas que fueron presentadas a un jurado conformado por Lucía Gajá, Elena Fortes Acosta y Víctor Ugalde, mismo que escogió a las y los cinco ganadores del Concurso de apoyos a la producción de documentales: Visiones en el desierto 2011. 

 Creadores apoyados por CONACULTA para realizar su documental:
Lucía Antares Alfaro, Minerva Morales, Oliver Rendón, Karen Silva y Emmanuel Navarro

Fue así que la joven que soñó con entrar al mundo del cine desde atrás de las cámaras, emprende su más ambicioso proyecto hasta ahora. 

La situación de Cananea, las vicisitudes que han sufrido hombres y mujeres por una economía deprimida, pero también la vida cotidiana, será contada por Lucía Antares. A flor de tierra fue el título que escogió para el documental que tratará la historia de algunos mineros desde el lado humano. 

Formación profesional y personal

Nació en 1986, año en que el Cometa Halley maravilló a los habitantes de la Tierra, por lo que su padre, un aficionado a la Astronomía quería llamarla así. Pero gracias a la intervención de su madre, la intención se cambió para bautizarla con el nombre de Lucía Antares, como la estrella que se encuentra al centro de la constelación de Scorpius.  

Sin ocultar su euforia, nos cuenta que su formación en cine, se da desde su propia casa, pues sus padres Guadalupe Hernández y Guillermo Alfaro son cinéfilos, al igual que ella y su hermano Guillermo, cuatro años menor. Así que todas las producciones que pudo ver y apreciar desde pequeña, influyeron para que al convertirse en una adolescente, aclarara su visión de a qué quería dedicarse cuando fuera adulta.

Desde el más dramático y serio documental, hasta el “más grande churro norteamericano”, formaron parte de su acervo cultural, lo cual agradece pues contribuyó a definir su gusto por el cine que retrata la vida de las personas y de los lugares, buscando lograr un trabajo serio y respetuoso.

 Lucía Antares con otros dos ganadores: Oliver Rendón y Emmanuel Navarro

Primeras experiencias creadoras

Los ejercicios escolares, sobre todo en producción y un poco en dirección en su materia de Cine, los identifica como sus primeros acercamientos a la creación cinematográfica. Su maestro Josian López con quien desarrolló además una amistad le invitó a trabajar como asistente de dirección en Jeremías, cuyas grabaciones se hicieron en Álamos, Sonora.
 Lucía Alfaro trabajando en Jeremías

En el corto metraje de López participaron entre otros, Mario Almada y Gerardo Gerardo, lo cual la llevó a ver de cerca el trabajo de uno de los íconos del cine mexicano.

Otra de las cualidades de Lucía es que nunca está quieta, por lo que también continúa estudiando para seguir aprendiendo a contar historias de la manera más atractiva. Es así que participó en el Taller de dirección y producción impartido por Cineastas Independientes de Sonora CISON, en Ciudad Obregón.

Esta capacitación la considera un parte aguas principalmente por la oportunidad de conocer a otras y otros jóvenes que, como ella, quieren hacer cine por pasión. En el taller se realizaron tres cortos, uno de los cuales, Siempre se trata de eso contó con el trabajo de Lucía Alfaro.

Después vino su primera producción fuera de la escuela: Maya, producto de una convocatoria de Bancomer de orientación ecológica titulada Hazlo en cortometraje. Maya cuenta la vida de una niña que por condiciones de inmunodeficiencia no puede salir de su casa y vive en una burbuja estéril. 

Cuando por fin está lista para introducirse al mundo exterior, la pequeña se decepciona pues su fantasía expresada en sus dibujos, se cae estrepitosamente al conocer la realidad por la contaminación, falta de agua y escasez de árboles. Con un desenlace dramático, Maya es el primer trabajo personal de Lucía Antares.

En diciembre de 2010 de nuevo formó parte del equipo de realización de Josián López en Chilaquiles amargos en donde actuó Ximena Ayala, actriz que participó en Capadocia de Epigmenio Ibarra y otras producciones televisivas, así como Gerardo Gerardo.

Influencia del cine visto

Nacido en burdeles de la fotógrafa Zana Briskes es el documental que si bien no necesariamente es el que más le ha gustado, sí es el que la impresionó tanto, que resulta ser el que primero viene a su mente cuando se trata de hacer referencia a un buen documental. 

La producción asiática realizada en el barrio rojo de Calcuta, le enseñó que algunas veces el cineasta planea el abordaje de algún tema, y la realidad determina que el tema importante es otro. A Briskes quien se adentró en el mundo de los burdeles para documentar la vida en los mismos, se encontró con un ejército de niñas y niños descendientes de las mujeres que ahí trabajan, que no van a la escuela, y además las pequeñas son destinadas de nacimiento a prostituirse. 

Pero la primera película que la marcó fue Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore, por la comunión que se da del público con el cine. Las escenas se quedaron para siempre, y fue por lo que supo que, como en ese gran filme, ella también le declaraba su amor al cine. 

 Café Negro
 Los cinco ganadores con Mónica Luna impulsora del proyecto, y Poly Coronel, directora del ISC

La producción más reciente, y podría decirse más consciente de su capacidad y deseo de dirección es el corto metraje financiado por la Fundación Sonorense de Liderazgo FSL: Café Negro. Aunque el cine es “de todos”, este trabajo sin duda es un trabajo sumamente personal.

La historia fue escrita por Paco Espinoza y Lucía Alfaro, siendo ella quien produce y dirige. El proceso de producción del guión fue lento, y  es al regresar del Festival de cine de Álamos que el proyecto “agarra rumbo”, y es cuando se decide que la historia debe ser corta, definiendo la duración en doce minutos.
 Lucía Antares trabajando en su obra Café Negro

Café Negro revela de nuevo la inclinación de Lucía por los personajes femeninos, evidenciando su preocupación por la situación de las mujeres y niñas. Aquí se juntan las historias de tres mujeres de diversas edades, representativas de la niñez, la juventud y la madurez.

Al entretejer las tres vidas y hacerlas confluir frente a un café, Alfaro argumenta la necesidad de reconocernos como mujeres entre nosotras mismas. Si todo va de acuerdo a lo planeado, la producción podría estrenarse en octubre de 2011.

A flor de tierra

A finales de 2010 en que tuvo contacto con Tita Lombardo en el Taller de producción, y principios del 2011 con el programa de difusión de cine documental Ambulante, en donde participó otra cineasta, Lucía Gajá, son momentos decisivos para que  Lucía Antares se involucre más en el género.

Es durante la gira Ambulante que se da a conocer la convocatoria para el Diplomado en desarrollo de proyectos documentales, del cual formó parte con su propuesta A flor de tierra que al final resultó entre las cinco seleccionadas para el apoyo de 120 mil pesos, otorgado por CONACULTA.

La producción, que deberá entregar resultados finales el 26 de septiembre, trata de la minería en Sonora que se trabaja a cielo abierto, es decir: A flor de tierra. Aunque el enfoque no será sobre la historia de la mina, ni de las huelgas en Cananea que han cimbrado al país, la suya busca tres perfiles de mineros para plantear sus razones para emplearse en la mina, más allá de lo político, rescatar el lado humano: cómo piensan, cómo viven, quiénes son, esa es la historia de “A flor de tierra”, explica entusiasmada. 

Retos y proyectos

Ser elegida como parte de las cinco mejores propuestas, le imprime mucha responsabilidad. “Este verano agarró mucha velocidad…metió cuarta, quinta y no me avisó”. Comenta que ante lo sorpresivo de su elección, ha debido procesar las oportunidades ya que por lo pronto, suspende sus planes de vacaciones para cumplir el compromiso adquirido ante el apoyo económico recibido.

Lo que más desea es entregar un muy buen resultado para que valga la pena el apoyo y que al final se cuente con un buen testimonio social. El apoyo de la FSL y ahora éste es la gran oportunidad de no parar de hacer lo que le gusta. Más allá de lo económico, valora mucho el aprendizaje del trabajo en equipo.

Con esto se le abre una puerta enorme para entregar algo bueno y que sea visto, porque al final de cuentas se hace un trabajo para que sea visto, “si no se ve, no valió la pena”, opina. 

El documental que por disposición de la institución financiadora tendrá una duración requerida para televisión de 24 minutos, encontrará buenos espacios en televisión, comenta al hablar de la tarea de distribución a cargo del Instituto Sonorense de Cultura.

En particular agradece a Mónica Luna, por la dedicación al impulso de nuevos creadores y a la distribución de los productos. Igualmente a los integrantes de su equipo básico de producción “casi de guerrilla”, comenta: Joel Rangel en audio, Samuel en cámara y ayudante de fotógrafo (gaffer), y Paco Espinoza en la fotografía. 

Otros colaboradores serán Daniel Guillén en fotografía, Denisse Durón en producción ejecutiva y postproducción. En Ciudad Obregón, Juan Ramón (Bayron) en Diseño y logística, Prisila Zatarain como asistente de producción, y Carolina Duarte asistente de producción, ésta última una directora y realizadora a quien admira mucho. 
 A flor de tierra

El próximo semestre será de ver los resultados del trabajo de este verano con dos productos: Café Negro y A flor de tierra. Sin embargo, ya piensa en los futuros proyectos, uno de los cuales le produce interés particular: Las mujeres de a pié, que se referiría a las mujeres luchadoras por sus derechos en el estado de Sonora, lo cual no ha sido documentado y es la siguiente historia que quiere contar. 


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