Enfermos como si vivieran cerca de planta nuclear
Silvia Núñez Esquer
Hermosillo, Son., 8 julio 2011.- Nuevamente la familia Ríos Fimbres decidió plantarse frente a la casa de gobierno, para ver si el titular de ejecutivo Guillermo Padrés Elías se apiada de esta pareja que poco a poco va perdiendo sus facultades motoras, al tiempo que se incrementan los dolores musculares.
Con documentos en la mano Dulce María Fimbres Barceló y su esposo Jesús Ríos León, explican que en los nuevos exámenes que les hicieron en Estados Unidos, a ellos y a su hija mayor, su cuerpo ha resultado con presencia de metales arriba de la cantidad inocua, lo cual no había sido revelado con las anteriores pruebas.
Como se recordará Dulce y Jesús habían denunciado en febrero de 2010 la contaminación de su casa por radioactividad, en la Colonia Altares, al sur de la ciudad. Pérdida de fuerza en las extremidades, dolor en articulaciones, desmayos, cáncer en las modalidades de piel y leucemia, son algunos de los padecimientos que se han presentado en las familias de la calle Manuel Rivera Zamudio, en donde se encuentra la vivienda que salió positiva a radioactividad en las primeras mediciones.
Su hija Dalia es víctima de un cáncer avanzado y según opinión médica ellos son candidatos a padecerlo por la exposición a la contaminación y por el tipo de metales que ahora saben contiene su cuerpo.
Desde hace un año y medio que se percataron de las afectaciones, sometiéndose a diversos exámenes, así como tramitando que a su casa también se le hicieran análisis de materiales para determinar si es la causa de sus padecimientos, sin que hasta la fecha tengan alguna respuesta concreta, y mucho menos algún tratamiento médico.
Según el más reciente estudio practicado en Estados Unidos, el padre, la madre y su hija mayor salieron positivos a metales radioactivos. Dulce María explica que en un escaneo del cuerpo, se les detectaron tres metales radioactivos Y-88 Itro-88, Ru-106 Rutenio y Bi-214 Bismuto.
Lo preocupante del caso es que dos de esos metales son sintéticos y sólo se pueden adquirir cuando las personas viven cerca de una central nuclear o cuando existen lluvias radioactivas provenientes de experimentos nucleares, asegura.
Dado que la Secretaría de Salud en Sonora les ha proporcionado consultas esporádicas, realizando los mismos exámenes en varias ocasiones, sin llegar a ninguna conclusión nueva, decidieron buscar opciones en otros estados, e incluso en el extranjero.
Ante la indiferencia de la dependencia, y a través de trámites y solicitudes que ya han trascendido las fronteras, la familia Ríos Fimbres acudió a Tucson, Arizona para conseguir el escaneo de cuerpo, que no se hace en Sonora, para confirmar presencia de metales radioactivos.
El estudio fue pagado por la Agencia de Energía de los Estados Unidos, pero ellos tuvieron que buscar los recursos económicos para trasladarse a Nuevo México, pues en ese momento no fueron apoyados por la Secretaría de Salud.
Los esposos Ríos Fimbres aseguran que en su cuerpo portan diez y seis metales, cinco de los cuales son cancerígenos, cinco tóxicos, dos teratógenos y tres metales radioactivos. Aseguran que fueron adquiridos durante su estancia de siete años en la vivienda comprada en la sección Franciscanos de Altares, al sur de Hermosillo.
Su hija Dalia María quien padece cáncer, no pudo acudir a realizarse el estudio, pues el viaje duró diez y ocho horas por tierra, imposible de aguantaren su condición. Igualmente su hijo más pequeño, no se sometió al examen pues los médicos dijeron que a él no se le podía practicar el escaneo, lo cual no obsta para que él también presente síntomas similares a sus padres.
Dulce María y Jesús resumen su peregrinar según las dependencias a las que han acudido en busca de ayuda y soluciones, en la siguiente forma:
El anterior alcalde de Hermosillo Ernesto Gándara ignoró el problema, dejó que el tiempo pasara y no hizo nada.
La Comisión Nacional de Seguridad Radiológica, incurrió en mentiras y controversias y dejó la investigación a medias. A veinte meses no ha podido mandar resultados de dosímetros, en su dictamen dicen que la radiación está en los materiales.
La Comisión Nacional de Arbitraje Médico CONAMED rechaza la revisión del expediente médico de la familia, que se le envió para que diera un dictamen.
La Comisión de Arbitraje Médico CAM-SONORA rechaza la revisión del expediente médico de la familia, que se le envió para que diera un dictamen.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente PROFEPA-Sonora rechaza la denuncia que interpusieron sobre la problemática que les aqueja.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos CEDH no tuvo interés en ayudarlos. A más de trece meses de haberle hecho cinco peticiones, no les dan respuesta. Decidieron desistirse de la queja interpuesta ante ese órgano, por la indiferencia al problema.
La Secretaría de Salud Pública SSP ignoró el 8 de enero de 2010 la petición para cuantificación de los doce metales encontrados en el barrido. Después aceptó cuantificar trece metales por petición del Doctor Ramón Palacios Saguchi, para realizarse en Estados Unidos. No se sabe qué pasó en Tucson que hizo que sólo se cuantificaran tres metales, lo cual consideran una burla más.
La Secretaría de Salud Pública SSP y el Presidente municipal Javier Gándara Magaña, a doce meses de haberles turnado PROFEPA la denuncia interpuesta, no han dado respuesta.
A la fecha y frente a la casa de gobierno, los Ríos Fimbres siguen en pie con su misma demanda: ser atendidos por un problema generado por la constructora de la colonia Altares. Se sienten tan afectados, que hasta descansar les molesta, pues el intenso dolor en articulaciones y músculos se los impide. Gracias a los estudios practicados, ahora saben que se trata de afectaciones en los nervios.
Ante la indiferencia anuncian que continuarán el plantón hasta ser atendidos por Padrés Elías.
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