viernes, 29 de octubre de 2010

Mujeres Yaquis

OBSERVATORIOS URBANOS
Los efectos de la incorporación de mujeres yaquis a las maquiladoras
Elsa Ivette Jiménez Valdez*
Como resultado de la adopción del modelo económico neoliberal y las políticas de ajuste que siguieron a las crisis de la década de los setenta padecidas en América Latina, la capacidad económica de los hogares mexicanos se ha visto disminuida. En especial la de grupos vulnerables como campesinos, indígenas y hogares encabezados por mujeres. Como parte de las estrategias de sobrevivencia de las familias, muchas mujeres provenientes de hogares pobres se han sumado a los mercados de trabajo como asalariadas, en condiciones de gran precariedad.

En el caso de los hombres y mujeres de la tribu yaqui, se detectó que desde mediados de la década de los noventa fueron contratados en grandes números por empresas maquiladoras ubicadas en una comunidad costera del sur del estado. La participación creciente de la comunidad yaqui en las maquilas se debe a su creciente dependencia de la economía monetarizada y a los medios de producción, los capitales y la capacitación provenientes del exterior. Esto es resultado directo de la falta de créditos y recursos hídricos para la siembra y la ampliación de sus áreas de cultivo.

La incorporación de las mujeres yaquis a las maquiladoras va seguida de cambios en la construcción de su identidad de género, propiciando, por un lado, una mayor autonomía en el manejo de su dinero y su participación en la toma de decisiones personales y familiares. Por otro lado, las mujeres cuestionan algunos roles de género que tienen qué ver con las tareas, virtudes, expectativas y comportamientos asignados culturalmente a los hombres y mujeres dentro de la familia y la comunidad.

Al interior de las maquiladoras, las obreras yaquis están expuestas a normatividades externas de género. Es decir, a determinadas formas de concebir la feminidad, las cuáles determinan qué tipo de tareas son asignadas a las mujeres. Se ha observado que las mujeres concentradas en aquellas labores son etiquetadas por el personal que labora en esos centros como las que requieren “más paciencia”, “mayor destreza manual”, “son menos difíciles”, “más sencillas” o “no requieren tanta fuerza”. Esta situación difiere de las labores que realizan en sus hogares y comunidades, donde la demarcación de tareas entre hombres y mujeres, si bien está presente, no se realiza en esos términos. En las comunidades yaquis los artesanos son hombres y las labores de las mujeres se consideran complementarias a la de los varones, es decir, son igualmente valoradas.

En las maquilas se propicia una mayor interacción entre hombres y mujeres mestizos y yaquis, se genera así un proceso de identificación entre unos y otros bajo la etiqueta de “trabajadores” ya no como yaquis y yoris. En este marco de convivencia circulan imágenes distintas de lo que implica ser un hombre y una mujer.

Los efectos en las mujeres yaquis consisten en la adopción de concepciones externas sobre la belleza, como la esbeltez, el maquillaje, algunos rituales estéticos y el vestuario. En consecuencia, se modifican los patrones de consumo. Se adquiere una mayor cantidad de productos ajenos a su cultura a un precio más alto, lo que agudiza su participación dentro del mercado de bienes.

Otro resultado de la incorporación de obreras yaquis a la maquila es la doble y triple jornada de trabajo. Esto se refiere a las horas de trabajo que deben cumplir al interior de las plantas, que se conjuga con el cuidado de los hijos y familiares, y la participación en los rituales de la tribu. La demanda que enfrentan estas mujeres es física, emocional y psicológicamente muy desgastante.

En conclusión, la organización del trabajo, los discursos y acciones que se llevan a cabo en las maquiladoras impactan las identidades de las mujeres yaquis, lo que repercute en sus estilos de vida, su apreciación sobre sí mismas y en la educación que proveerán a sus descendientes.
*Asistente de investigación del Centro de Estudios del Desarrollo de El Colegio de Sonora. Correo electrónico: ejimenez@colson.edu.mx 

1 comentario:

Elsa Jiménez dijo...

Hola!

Les comparto este reportaje super interesante de una mujer yaqui que trabaja por supueblo, ahí expone ella algunas de las problemáticas que sufren éstas en sus comunidades.

http://www.eluniversal.com.mx/estados/67775.html