jueves, 11 de marzo de 2010

Ismene Figueroa López

¿Qué tenemos que celebrar las sonorenses en el Centenario del Día Internacional de las Mujeres?

Ismene Figueroa López

Mientras Sonora esté por encima de la media nacional en violencia de género, y cotidianamente 5 de cada 10 mujeres estén sufriendo violencia física, psicológica, sexual, económica o institucional por falta de políticas públicas que combatan la cultura machista que considera normal y natural que las mujeres sean sometidas por sus maridos o parejas, y nosotros como sociedad no exijamos que se destine presupuesto para atender este problema de salud pública y permanezcamos indiferentes…

Mientras no consigamos justicia para los hijas e hijas de las madres trabajadoras de la Guardería ABC asesinados y lesionados el 5 de junio del 2009 por la corrupción, avaricia y negligencia de los tres niveles de Gobierno en complicidad con los dueños/as; y el Estado no cumpla su obligación de ofrecer espacios con calidad y seguridad para el cuidado de niñas/os de las compañeras que trabajan…

Mientras nuestra sociedad con la complacencia de todas las autoridades sublimice la maternidad como la mejor aspiración de las mujeres, e hipócritamente permita la discriminación laboral de las mujeres embarazadas o con hijas/os, porque las empresas e instituciones públicas consideran que son una desventaja, debido a la atención y cuidado que implica tener una familia, o simplemente porque pierden la figura esbelta que la moda impone para una “buena presentación”…

Mientras los medios de comunicación locales y nacionales, reproduzcan la discriminación sexista y racial, tolerando publicidad que respaldan los modelos estereotipados de hombres y mujeres, promoviendo sólo a quienes cumplen con la imagen que señalan los estándares de la moda occidental…

Mientras se siga encasillando a las mujeres sólo en actividades del hogar u objetos sexuales, y nos sigan negando puestos de dirección, gerencia o administración por el mito de que las mujeres somos incapaces para mandar porque la menstruación nos transtorna y por ende, se acepte con naturalidad la difusión de anuncios con ofertas de trabajo basados en el sexo, la edad o estado civil y no en la experiencia laboral…

Mientras se permita la marginación y se respalde la burla hacia las costumbres de mujeres indígenas parodiando su forma de hablar y vestir, reduciéndolas a sirvientas como su única oportunidad laboral en la ciudad, en vez de reconocer la diversidad cultural y promover el respeto a la autonomía y desarrollo de sus comunidades.

Mientras tengamos que ocultar nuestra sexualidad por miedo al rechazo de nuestras familias y nuestra sociedad, que nos imponen la heterosexualidad como la única forma permitida para amar, eliminando las diversas expresiones de amor entre personas del mismo sexo, y exigiendo a las mujeres virginidad hasta el matrimonio, no obstante se alienta a los varones a la promiscuidad para demostrar su hombría…

Mientras los derechos humanos de las mujeres establecidos por la Constitución Mexicana y diversos tratados internacionales que establecen la igualdad entre hombres y mujeres, el derecho a vivir en paz, sin violencia y sin discriminación, el derecho a ejercer la profesión que se desee con servicio de guardería, el derecho a una educación laica, libre de prejuicios, y el pleno respeto a nuestros derechos sexuales y reproductivos para decidir sobre nuestros cuerpos con libertad de conciencia y religión, sean sólo una lejana utopía y no la máxima ley que enarbola, identifica y nos organiza como nación…

En resumen, mientras permitamos con nuestra actitud y silencio que la discriminación se acepte en nuestra familia, trabajo, colonia, escuelas, y no actuemos para defender nuestros derechos cotidianamente… Las sonorenses, como todas las mujeres de este país y del mundo, no tenemos nada que celebrar.

En este contexto, este día, no es para felicitar a las mujeres, es para conmemorar que el movimiento feminista sigue vigente y reconocer que no tenemos nada que celebrar, sino mucho porque luchar hasta lograr que hombres y mujeres tengamos en la práctica, los mismos derechos y oportunidades.


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