martes, 6 de septiembre de 2016

Las marchas por instaurar el reino de Dios

OPINIÓN
MUJER SONORA

Silvia Núñez Esquer

Están en pleno proceso de convocatoria las marchas contra el matrimonio igualitario convocadas por un frente que se dice nacional y se dice de la familia. 

La organización llama obsesivamente a no permitir que se apruebe la iniciativa presentada por el presidente Peña Nieto en donde se armoniza la legislación  a los estándares internacionales para que todas las personas puedan ejercer sus derechos civiles en igualdad de circunstancias. 

Personas del mismo sexo o de diferente sexo estarían en la misma posibilidad de establecer un contrato matrimonial, de adoptar niñas y niños, y criarlos al igual que lo hacen las parejas conformadas por un hombre y una mujer.

Lo que mueve a ese frente es un objetivo muy riesgoso para la sociedad, puesto que aunque no lo diga claramente, se opone al principio de progresividad de los derechos humanos. En un flyer distribuido por un partido político de principios confesionales, llama no solo a ir contra los derechos reconocidos en la legislación, sino se va contra otros partidos cuyos principios no concuerdan con los de éste.

Incluso particularmente hay ciudades como la capital de Jalisco en la cual llama a una marcha en donde “Juntos oraremos por una Guadalajara: Sin homosexuales ni lesbianas, Sin sida ni vih, sin ideología de género, sin educación sexual en las escuelas, sin aborto, sin marihuana, sin satanismo ni brujería, sin pornografía ni tiendas sexuales, sin prostitución ni antros, sin ateísmo, sin ideologías contrarias a la fe (PRD, Morena, Movimiento Ciudadano)”.

Cuando leímos esto vimos que ya no hay disimulo para regresar a aquella iniciativa fallida de agosto de 1941 de Salvador Abascal Infante, en donde se pretendía a través de la política instaurar el reino de Dios en la Tierra. 

Llamada por José Gil Olmos “La utopía de Abascal” en su libro Los brujos del poder 2, el escritor da cuenta de movimientos católicos herederos de los cristeros que avanzaba en su lucha desde la Unión Nacional Sinarquista, desde la cual Abascal pregonaba que el país estaba amenazado por el comunismo “diabólico” y por el judaísmo en los Estados Unidos. 

La historia se repite, pero con cara de partido político. Los Sinarquistas a los que se les desterró enviándolos a Baja California haciéndoles creer que era para que ahí sembraran la semilla de ese “reino de Dios”, y en realidad era una forma de alejarlos de la civilización humana por los alcances de sus objetivos que francamente rayaban en la locura.

Las marchas del 2016 organizadas por el frente autodenominado por la familia, en realidad buscan eso, instaurar el reino de Dios, de SU Dios en la Tierra. 

Decimos esto pues al analizar una a una las demandas que en Guadalajara, -a diferencia de otros estados que optaron por manipular la información sobre educación y otros temas- se atrevieron a resumirlas claramente, es similar a lo que proclamaba Salvador Abascal.

Sin homosexuales ni lesbianas. La pregunta es: ¿Las van a asesinar a todas y todos? ¿Los van a privar de la libertad para que no vivan públicamente su identidad? ¿Los van a medicar para que estén inactivos? Sin sida ni VIH. La única forma de poder terminar con el sida y VIH es encontrar la cura y la vacuna. Esto es una mentira, a menos que piensen eliminar a toda persona seropositiva. 

Sin ideología de género. Se refieren a que desautorizan la teoría de que las mujeres y los hombres no nacen, sino que se hacen. Lo contrario, daría la base para que el mundo siguiera organizado desde la perspectiva del patriarcado, pero no solo para evitar el matrimonio homosexual, sino contra el divorcio y otros derechos reconocidos, puesto que las mujeres ya vienen programadas.

Sin educación sexual en las escuelas. Esta aberración contradice abiertamente la disposición legal que protege el derecho a recibir educación por las niñas, niños y adolescentes.

Sin aborto. La única forma de terminar con los abortos es previniendo los embarazos no deseados y forzados. Pero tampoco aprueban la anticoncepción, entonces ¿Qué harán? ¿Encarcelar por cincuenta años a las mujeres que aborten? Eso ya lo están haciendo y no ha funcionado. ¿Enclaustrarán a las mujeres que estén embarazadas privándolas de sus libertades?

Sin marihuana. Imposible, pues cada día se confirma y se profundiza sobre los usos medicinales de esa hierba. Sin satanismo ni brujería es una afirmación que solo puede ser instaurada por convencimiento. Son prácticas personales, clandestinas que a veces atentan contra los derechos, pero eso no les importa, solo les preocupa que compiten con sus creencias religiosas.

Sin pornografía ni tiendas sexuales. Mientras no se atienda la esclavitud sexual, la trata de mujeres, niñas y niños, difícilmente se podrá combatir la pornografía. Las tiendas sexuales son una opción para las personas, y nadie puede prohibirlas. 

Sin prostitución ni antros. Éste es un tema en discusión incluso legislativa, pero que no compete a un solo partido político, es como prometer en campaña sin sustento. 

Sin ateísmo. Nada más falso, las personas tenemos derecho a no creer o a creer en lo que nos convenza. Nadie puede prohibir no creer. Y la joya de la corona en donde el partido Encuentro Social se revela como el ideólogo de las marchas por la familia es la promesa de un Guadalajara sin ideologías contrarias a la fe (PRD, Morena, Movimiento Ciudadano). 

Aquí la obligación de la ciudadanía es vigilar ¿Qué va a hacer el gobierno y sus instituciones con esto? ¿Está coludido con las iglesias y las fuerzas oscuras que mueven la instauración del reino de Dios en la Tierra? 

De principio vemos que hay responsabilidad por alusión de la Secretaría de Gobernación quien da los permisos para organizaciones eclesiásticas y debe vigilar sus actividades que no atenten contra el Estado laico. 

La Procuraduría General de la República puesto que en la propaganda hay amenazas de “desaparecer” estilos de vida, lo cual podría ser una advertencia de que empecemos a ver casos de homicidios y feminicidios de odio aduciendo limpieza social. 

El Instituto Nacional Electoral puesto que quien está involucrado moviendo a las personas para eliminar derechos de otras, es un partido político. 

La Secretaría de Educación Pública puesto que se le está cuestionando un mandato internacional de brindar educación sexual en las escuelas como un derecho de niñas, niños y adolescentes, ya plasmados en nuestra legislación. La garantía del derecho a la educación científica y laica está bajo su protección.



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