MUJER SONORA
Especial
Por: Silvia Núñez Esquer*
Conocidos como “spring breakers”, algunos vacacionistas nacionales y extranjeros se trasladan masivamente a algunas playas mexicanas para tomar unos días de esparcimiento y algunas de sus actividades son calificadas como excesos, pues sin duda en ocasiones hay consumo de sustancias legales e ilegales que acompañan la diversión, aunque no en todos los casos.
Clarissa es una mujer de 24 años de edad, maestra sonorense que este año decidió vacacionar en Cabo San Lucas con algunas amigas. Entre las actividades que realizó, estuvo su participación en un concurso de baile, el cual ganó recibiendo un premio de 260 dólares.
Mientras ella bailaba al aire libre, muchos teléfonos celulares apuntaban hacia ella para registrar en video su actuación. De inmediato los videos del concurso empezaron a circular por redes sociales, llegando a ojos de personas que la conocían en su lugar de residencia en Ciudad Obregón, Sonora, donde labora como maestra de Inglés en un colegio particular.
Como reacción inmediata, al tener conocimiento la directora del instituto tomó la decisión de despedirla sin haber algún motivo laboral, aduciendo que padres de familia se habían quejado por su comportamiento y que habían solicitado su destitución.
Fue llamada a la dirección del plantel, donde sin que la escuela haya asumido la responsabilidad del despido, la persuadieron de firmar su renuncia, haciéndola sentir como si hubiera cometido algún ilícito por haber formado parte de esa gran fiesta de “spring breakers” que se realiza simultáneamente en varias playas de México.
Días después, madres y padres del mencionado colegio se manifestaron públicamente solidarizándose con la maestra Clarissa y advirtiendo que harían huelga de pagos si no era reinstalada, pues es una excelente profesora, y una muy preparada y reconocida profesionista.
Desmintieron a la dirección escolar, pues nadie de los padres había pedido que la despidieran, descubriéndose que había sido una decisión de la directiva, según dijeron.
Aunque nunca lo han dicho claramente, el escándalo se suscitó por el tipo de baile. Clarissa bailó “twerking”, un baile actual del que existen cientos de videos tutoriales en YouTube, puesto de moda por la cantante Miley Cyrus hace ya algunos años.
Consiste en bailar o seguir el ritmo prácticamente sólo con los glúteos. Por lo tanto, no es fácil bailar “twerking”. Se necesita mucho dominio del cuerpo, mucha condición física y practicar ejercicio constante, y Clarissa lo tiene.
Miley Cyrus creó un estilo en el que las partes del cuerpo femenino que siempre han sido escondidas, tapadas por la ropa, salen a relucir en cuanto ella aparece en el escenario.
Para cantar, ella se sienta en el piso con sus piernas hacia el frente, flexionadas y completamente abiertas mientras su vestuario es prácticamente ropa interior. Otra posición muy característica de ella es con sus glúteos hacia el público, piernas abiertas, moviéndolos al ritmo de las canciones, mientras se detiene con las manos en el suelo del escenario.
Ante las canciones rítmicas ella baila con su parte posterior del cuerpo, independizando los glúteos y moviéndolos al ritmo de la música siempre volteados hacia el público. Cyrus evolucionó hacia un baile que hoy día se aprende en gimnasios y academias de baile, conocido como “twerking”. No cualquiera lo puede practicar, por todo lo que implica.
Y justo “twerking” es lo que bailó la maestra Clarissa, mientras decenas de celulares la grababan y se subía a redes sociales el registro de su participación que la hizo divertirse, compartir sus habilidades y ganar más de 250 dólares.
El movimiento corporal de ese baile puede molestar, o resultar incluso grotesco para algunas personas; se puede calificar como “erótico” o “impúdico”, tal como ocurrió con el baile hoy normalizado que forma parte de las rutinas de gimnasios y se conoce como “pole dance”, antes practicado sólo por bailarinas “exóticas”. Ya no escandaliza y lo practican mujeres diversas.
A Clarissa le están cobrando el “pecado” del que además no se arrepiente. No por un delito ni por falta a sus obligaciones laborales. Ella no estaba en su horario como docente. Se encontraba de vacaciones, divirtiéndose, disfrutando de un viaje solventado económicamente por ella misma.
No hay manera de sustentar su despido. Lo que sí hay es conservadurismo y sexismo, creencia de que las vidas de las mujeres son propiedad de otros. Hay también reprobación moral al tipo de baile.
Pero el castigo más grande es el atrevimiento a ser dueña de su propia vida. A ser una mujer soltera que se divierte exactamente como ella quiere. A Clarissa le han violado varios derechos, entre ellos la estabilidad en el empleo por el despido injustificado.
Por ello hace unos días reflexionaba en las redes sociales sobre el hecho de que Clarissa es una mujer de su tiempo: profesionista, independiente, autónoma, dueña de su tiempo, responsable y con un físico que irradia salud.
¿Mató a alguien? No. ¿Robó? No. ¿Secuestró? No. ¿Torturó a alguien? No. ¿Desapareció a alguien? No. ¿Abusó sexualmente de alguien? No. ¿Obligó a participar a alguien en su diversión? No. ¿Qué es lo que no le perdonan? ¿El tipo de baile, o que siendo mujer y joven tome sus propias decisiones sobre SU vida?
Si no hay reinstalación para ella, será un pésimo ejemplo para reafirmar que las mujeres tienen que ser vigiladas en sus vidas privadas y tuteladas para tomar decisiones.
Si se permite que ella salga de la escuela por capricho o por desaprobación de lo que ocurrió a cientos de kilómetros de la escuela, en pleno periodo vacacional, cualquier mujer podrá ser echada y violados sus Derechos Humanos laborales si toma decisiones en su vida privada, tan cotidianas como el divorcio, o vivir en unión libre con su pareja, por ejemplo.
Este abuso de poder de la dirección de la escuela es más nocivo de lo que parece y es una especie de veredicto inquisidor, más que otra cosa.
Twitter: @mujersonora
*Periodista integrante de la Red Nacional de Periodistas y directora del blog Mujer Sonora (http://mujersonora.blogspot.mx/).
16/SNE/RMB
Edición: CIMAC
No hay comentarios:
Publicar un comentario