Reclaman mujeres al gobierno mexicano el abandono
Silvia Núñez Esquer
Hermosillo, Sonora, 6 abril 2016.- No sólo no disminuyó ni
se estabilizó el nivel de afectación en la salud de las personas que radican en
los pueblos del río Sonora, después del macro derrame de metales pesados en el
agua del mismo, sino que aumentó exponencialmente, recrudeciéndose los primeros
casos y brotando nuevos a medida que pasa el tiempo. Cáncer en la piel, deterioro
en el riñón e hígado, son algunos de los problemas más sentidos.
Un equipo de profesionales de la salud de Estados Unidos dio
un reporte en esta ciudad, sobre el diagnóstico realizado en seis de los ocho
puntos geográficos que conviven directamente con el cauce del ahora río de agua
envenenada desde el 6 de agosto de 2014, por un macro derrame de sustancias
químicas diversas, provocado por la ruptura de un contenedor en la mina Buenavista
del Cobre concesionada a Grupo México, de Germán Larrea, ubicada en Cananea,
Sonora.
Guadalupe Poom Rentería, radicada en Ures, denunció que hay
familias enteras que presentan síntomas de deterioro en su salud,
ejemplificando con el hijo de una vecina de ella que padece síndrome de Down,
Gabriel Bavichi Tarango afectado, “por una contaminación que él no se buscó”,
por lo que se potencializa la necesidad de atención al haber adquirido
padecimientos por la mala calidad de agua.
Cobre y aluminio son los principales metales que han salido a
relucir en la sangre de quienes han tenido los recursos para hacerse exámenes
en laboratorios particulares, pues los practicados con recursos del fideicomiso
creado por Grupo México, contradictoriamente no contienen los análisis
especializados que detectan presencia de metales en el organismo humano.
Hay desesperación, pero también desolación pues la confianza
en el gobierno mexicano ya la perdieron. Sin embargo, la visita de la misión
humanitaria de Estados Unidos compuesta por sindicalistas, académicos,
profesionales de la salud y periodistas, les hace recuperar un poco la
esperanza.
La economía por los suelos, no hay generación de empleos,
aunque ha habido promesas de maquiladoras, de talleres, pero no llegan. Tanto
la gobernadora, el presidente municipal y todos, cuando hay una cámara es
cuando dicen que van a apoyar, pero nunca se concreta nada.
Martha Aguirre Valenzuela, de Tahuichopa, Arizpe, dijo que hay muchas personas enfermas que no
han recibido atención médica, y quienes se han atendido en UVEA (Unidad de Vigilancia Epidemiológica Ambiental) han sido
amenazados de que les retirarán el apoyo
monetario si van a Hermosillo o a otro lugar a pedir una segunda opinión
médica. Y aunque no es la gran cosa, “a como está la economía en los pueblos
del río”, a ellos les sirve.
Luz María Domínguez Peralta, de Mazocahui mostró los
resultados de exámenes practicados en forma particular a sus nietos. La niña de
dos años muestra presencia de arsénico, cobre, manganeso y cadmio. El niño de
diez años tiene plomo, arsénico, cobre,
manganeso y cadmio. En éste caso sí se hicieron en UVEA, pero no confían en la
veracidad de los resultados pues en un segundo examen de la misma institución,
el niño tuvo presencia cero de metales. “Se le quitaron por arte de magia”,
dice Luz María, pues no han tenido tratamiento, solo les recetan hierro.
El niño ha presentado sinusitis muy aguda, y ya requirió
lentes, le practicaron una tomografía, todo pagado por sus propios medios
porque UVEA no los hace. La clínica nada más es un parapeto que está ahí, que
está nomás para tapar la realidad, critica. Denunció que su hijo trabajaba ahí
como guardia de seguridad, y cuando se dieron cuenta que su familia estaba
buscando otras opciones, entre ellas una demanda contra Grupo México, su hijo
fue despedido sin ninguna indemnización ni explicación, lo cual generó otra
demanda, pero ésta contra la institución de salud. A la niña sólo le recetan
leche y más leche, para que no vaya a convulsionar pues los metales pesados
provocan convulsiones. Así que el tratamiento es tomar mucha leche, se lamenta.
A la madre de los niños se le está cayendo el cabello, a Luz María le aparecen
moretes en la piel sin explicación alguna, y su hijo ya presentó cáncer de
huesos.
Tanto autoridades como población afectada tienen claro que
uno de las medidas urgentes es la instalación de plantas potabilizadoras de
agua que eliminen metales, tal como sucede con el agua de garrafón que consumen
a partir del envenenamiento del agua del río, pero como siguen utilizando el
agua entubada de pozo para bañarse y otros quehaceres domésticos, las
afectaciones salieron a relucir en los veinte meses que han pasado desde el
macro derrame. A la fecha sólo una planta tratadora adecuada se ha construido,
está en Bacanuchi, pero a pesar de la inauguración del 4 de febrero pasado, aún
no está operando.
El equipo visitante de Estados Unidos entrevistó a mineros y
visitantes de Cananea, pobladores de Bacanuchi, Tahuichopa, Baviácora, Ures,
Topahue y El Molinito. Entre sus conclusiones expone que el gobierno mexicano
debe exigir a la empresa minera la instalación de clínicas accesibles a las
comunidades rurales para la valoración y atención médica adecuada. Grupo México
(GM) debe pagar por el costo de los daños ocasionados a largo plazo, en la
vigilancia de la salud de las familias del río Sonora por efecto del derrame.
GM debe pagar el costo de la limpieza y remediación del río por el daño
ocasionado, siendo la única forma de evitar daños a corto, mediano y largo
plazo, así como compensar a las familias y a las comunidades afectadas,
incluyendo la pérdida de sus cosechas y el costo para proveer agua para riego y
consumo humano.
4.5 millones de dólares diarios son aproximadamente la
utilidad de la minera Buenavista del cobre, mucho menor cantidad de lo que se
destinó en total al fideicomiso río Sonora. La cuestión es que el fideicomiso
se utilizó en una aparente remediación del río, misma que no ha sucedido pues
los profesionales que han tomado muestras, así como los pobladores aseguran que
la tierra fue removida superficialmente, pero al escarbar un poco, tierra y
agua están igual de contaminadas que el día de la conflagración. “Ahí están la
tierra y el agua amarilla y espesa”, desmiente a las autoridades Luz María
Domínguez. Pero también el dinero se utilizó en indemnizaciones en dos
sentidos. La primera fue para beneficiar a quienes nominativamente fueron
afectados como productores –empresarios y políticos-, y la segunda en
implementar la estrategia de la división comunitaria. Pequeños montos fueron
entregados a familias o personas titulares de tomas de agua, sin que
necesariamente habiten la vivienda o radiquen en los pueblos, lo que causó
diferencias entre las y los pobladores.
Al finalizar la rueda de prensa los convocantes pidieron un
minuto de silencio en memoria de Karla Duarte Duarte, activista fallecida en un
accidente automovilístico mientras transitaba de un pueblo a otro para informar
sobre las gestiones para avanzar en la remediación del río. Las mujeres que han
enfrentado la emergencia exigen su derecho a la salud, sentenciando que no se
van a callar, pues a veinte meses, “el río está muerto, pero nosotros no”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario