Aún no dictan sentencia a feminicida
Silvia Núñez Esquer
Navojoa, Sonora, 22 enero 2016.- Al cumplirse un año del
asesinato de Jessica Rosario Vega Borbón, familiares, amistades y correligionarias
de Cobanaras (gobernadoras en mayo), continúan la campaña por justicia, para
que su caso no quede impune.
Mes a mes, cada día 25 las mujeres se manifiestan en
diversas calles y plazas de la ciudad, coincidiendo con el llamado de la ONU a
unirse al “Día naranja” de lucha por la no violencia contra las mujeres y las niñas.
El 20 de enero de 2015, Jéssica Vega Borbón fue privada de
la vida dentro de su domicilio en la colonia Olivos de esta ciudad, siendo
señalado por las autoridades como responsable su esposo Juan Ramón Valenzuela
García, quien permanece formalmente preso, pero sin sentencia aún.
La víctima fue asesinada dentro de su domicilio y el
responsable la agredió forma severa, infligiendo contra ella violencia extrema,
con actos violentos que la hicieron sufrir hasta perder la vida. Jessica era
enfermera de profesión, madre de dos niños, originaria del ejido Los Buaymus, y
por su trabajo en el Centro de salud de la comunidad El Mocúzari, residía
en Navojoa, donde la privaron de la
vida.
Su cuerpo presentó golpes en diversas partes de la cabeza,
fue arrastrado y colgado de la perilla de una puerta interior de la vivienda en
donde falleció y fue encontrada al día siguiente por la tarde, por sus
familiares que la buscaban ante la ausencia inusual.
María Gertrudis Zazueta Ortega, coordinadora general de la
Casa de la Mujer Indígena “La Paloma”, (CAMI) ubicada en Navojoa explicó que el
caso de Jessi va lento, tardado, y que a pesar de las manifestaciones
ciudadanas que han estado realizando, no se ha podido avanzar. Lamenta que en
algunas ocasiones las leyes no están para ayudarnos, sino para retardar la
justicia.
Zazueta Ortega explicó que uno de las trabas para el avance
del caso es el hecho de que en el expediente de principio se consignó al presunto
responsable por “feminicidio con agravantes”, señalados en el documento, lo
cual no existe en el código penal, por lo que tuvieron que realizar una serie
de diligencias para poder corregir el mal trabajo de la agente del ministerio
público que recibió el caso.
Esto perjudica el proceso, el levantamiento de información
no se hizo como se debía, y por ello, desafortunadamente el caso va muy lento.
El responsable ha tramitado varios amparos contra resoluciones, pero nada
definitivo aún, dice.
Durante este año la vida de la familia, de las amistades,
así como de sus compañeras de Cobanaras Federación, de la cual Jessica formaba
parte, se ha visto trastocada y entristecida. Primero por la ausencia física de
su amiga y compañera, y segundo por la falta de justicia.
Impotencia de no poder hacer algo, dolor por la pérdida, el
hecho de que las leyes se apliquen mal, ver el dolor de la familia, sobre todo
de la mamá, de sus dos pequeños hijos, de las demás compañeras, son cuadros de
cada día, pero a la vez son motivos de fuerza para seguir en el tema de la
violencia de género, que lamentablemente la sociedad de cultura machista,
todavía justifica, mostrando que no les importan las mujeres.
María Zazueta explica que es por ello que como Casa de la
mujer indígena decidieron movilizarse cada mes los días 25, para conmemorar el “Día
naranja”, y otro mes más sin Jessica y sin justicia para ella y su familia.
Acordaron realizar manifestaciones pacíficas, y poco a poco se han ido
incorporando y sumando mujeres de las comunidades rurales e indígenas del sur
del Estado.
Particularmente familiares de víctimas de violencia de
género y feminicidio se unieron para ofrecer el apoyo y para sentirse parte de
la lucha por una vida libre de violencia para las mujeres y las niñas.
A pesar del dolor, las Cobanaras tienen la fuerza para
seguir con las manifestaciones. Ellas han buscado acercamiento con funcionarios
y funcionarias, pero hasta ahora no ha sido posible, a pesar de que en algunos
casos, como el del presidente municipal de Navojoa, ya se había comprometido a
reunirse con ellas, sin embargo envió a su secretario para sustituirlo, sin que
éste pudiera tomar decisiones al respecto.
La activista por los derechos humanos de las mujeres, opinó
que a las autoridades les falta sensibilidad para tratar estos casos, para
hacer valer la ley, particularmente lo que tiene que ver con los feminicidios.
Recordó cuando la gobernadora Claudia Pavlovich fue electa,
coincidió en uno de los actos pos elecciones en Navojoa, con una de sus manifestaciones
contra el feminicidio que ellas realizaban por justicia para Jéssica Vega Borbón. En ese
encuentro Pavlovich les ofreció que cuando tomara posesión ella iba a apoyarlas
y a hacer presión para alcanzar la justicia, pero hasta hoy no ha sido así.
En Navojoa se han acercado la Secretaría de seguridad
pública y el Instituto de la mujer, pero ella considera que falta la
sensibilidad, pues todavía se comenta en la sociedad: “En qué andaría ella”,
“¿qué haría para que la hayan asesinado así?”
Las fallas en el expediente es lo que está haciendo tardío
el proceso por lo que todavía es en el ministerio público en donde está la
palanca que puede mover resortes para avanzar, considera. Y fue precisamente
por la falta de tacto incluso para tratar a la familia, como resultado de la
reunión que sostuvieron padres y otros
familiares de Jessica Vega Borbón con el anterior procurador de justicia en
Sonora, que fue removida la agente del MP que recibió originalmente el caso, y
fue designada otra responsable.
Jessica Rosario Vega Borbón es una de las 62 mujeres
asesinadas en Sonora durante 2015 y es una de las 8 mujeres asesinadas durante
el mes de enero de ese año. Forma parte del 60% de mujeres que han perdido la
vida en la entidad a manos de un hombre cercano a ellas, (familiar o conocido),
y del casi 50% a las que asesinó su pareja o
ex pareja, en el mismo periodo. Y
puesto que el feminicidio íntimo es el que destaca en Sonora, por ello María
Zazueta finaliza con una reflexión: “El amor no debe de doler, mucho menos
matar”.
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