Activistas por los Derechos LGBTTTIQ serán reconocidas
Silvia Núñez Esquer
Hermosillo, Sonora, 11 diciembre 2015.- Alejandra Limón y
Luz Carrillo Kimball son dos jóvenes sonorenses que han sido reconocidas como
finalistas para obtener el premio estatal de la juventud 2015 en Sonora.
Activistas por los derechos sexuales de la comunidad Lésbico,
Gay, Bisexual, Trasvesti, Transgénero, Transexual, Intersexual y Queer de la
entidad, son las dos galardonadas para el premio en la categoría Derechos
humanos que será entregado el día de hoy 11 de diciembre de 2015, elegidas de
entre cientos de mujeres y hombres jóvenes postulados.
María Alejandra Limón Martínez, originaria de Hermosillo,
Sonora, pertenece al colectivo Sonora Pride, desde el cual trabaja por la
protección de los derechos humanos de las personas de la comunidad LGBTTTIQ en
Sonora.
De 26 años de edad, Alejandra ha promovido a través de
diversas actividades los derechos humanos, por lo que ha sido seleccionada como
una de las dos finalistas para recibir el Premio Estatal de la Juventud 2015,
en la categoría de Derechos Humanos.
Se formó como activista y promotora de derechos humanos en
el colectivo por una Ciudad Diversa e Incluyente, Diverciudad A.C. El colectivo Sonora Pride
nació con la finalidad de conmemorar el Día del orgullo gay en Sonora en junio
de 2014, con un desfile alusivo.
Aproximadamente 500 personas asistieron a la marcha, y a
partir de ahí decidieron seguir unidos para crear un equipo que realizara
diversas actividades para visibilizar los derechos de las personas no
heterosexuales. De ahí surgió el apoyo al Trans Pride, que se realizó el 20 de
noviembre de ese mismo año. En esta actividad se unieron para respaldar a
través de todos los medios posibles, a las personas transgénero.
Pero el Sonora Pride no se quedó ahí, pues el mismo 2014
organizaron a fin de año una colecta navideña para apoyar a las mujeres que
sufren violencia albergadas en el refugio para mujeres en situación de
violencia extrema y cuyas vidas corren riesgo al igual que la de sus hijas e
hijos. En esa ocasión reunieron ropa, cobijas, alimentos no perecederos, víveres
y otros artículos que son necesarios para la subsistencia de esas familias
víctimas de la violencia machista y que llegan al refugio sin ninguna
pertenencia debido a la premura al huir del agresor.
Otra actividad la realizaron en el Festival Cultural Alfonso
Ortiz Tirado, FAOT, que se lleva a cabo durante enero de cada año en Álamos,
Sonora, y consistió en llevar dos grupos de la comunidad LGBTTTIQ al evento,
socializar, crear comunidad e interactuar difundiendo los derechos humanos que
promueve el colectivo.
Gracias a la difusión, empezaron a tener más asistencia a
sus eventos, como lo fueron las bodas simbólicas. Una de ellas se organizó como
boda colectiva en la explanada del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de
Sonora, en la primavera de 2015. Una
capilla y una agencia del registro civil simbólicas se instalaron en el lugar
hasta donde llegaron aproximadamente 15 parejas a “casarse”, mientras las demás
personas que circulaban por el lugar se acercaban para preguntar y ellos daban
información. Ya para el siguiente verano, la segunda marcha del Orgullo Gay
obtuvo más participación la cual calculan en la presencia de 800 personas.
Sus próximas actividades en 2016 se enfocarán a la
protección de los derechos humanos. Sus objetivos girarán en torno a las áreas
de: Dignidad humana, la no discriminación, derecho a la igualdad y derecho a la
salud.
Para Alejandra Limón ser lesbiana en Sonora significa ser una persona de lucha porque tal vez hay personas a las que no se les discrimina en su familia o en su entorno, pero ser no heterosexual es difícil por la cultura machista en la que estamos inmersas. Para ella ser lesbiana no influye necesariamente en su vida, porque es hija, es abogada, es amiga, igual que cualquiera. Considera que su orientación sexual no influye en su vida, pero la quiere vivir libremente. Por ello requieren salir a luchar para poder acceder a un ejercicio pleno de derechos.
Luz del Alba Carrillo Kimball es una joven de 25 años,
estudiante de Derecho que migró de su natal Nogales, Sonora, para estudiar su
carrera profesional en Hermosillo. Madre de una niña de nueve años de edad, Luz
es militante desde hace cuatro, en la lucha por los derechos de la comunidad
LGTTTIQ de Sonora.
Su trabajo más importante ha sido el acompañamiento legal a
seis parejas del mismo sexo que contrajeron matrimonio en Sonora al interponer
un amparo cuando les negaron la posibilidad, por no estar contemplado en la
legislación sonorense, y les
reconocieran el derecho a casarse. En Sonora son ocho en total las parejas del
mismo sexo que han podido unirse legalmente por ese recurso, seis de las cuales
han sido parte del trabajo de “Sonora igualitario”, impulsado por Luz Carrillo.
En Hermosillo, capital de Sonora, se han casado cuatro parejas
del mismo sexo, tres de ellas constituidas por mujeres, y una de hombres.
Para la finalista al premio estatal de la
juventud en la categoría de Derechos Humanos ser lesbiana en un estado
conservador como Sonora, significa resistencia, lucha, amor, ciudadanía. Es ser
feliz a pesar de todo un sistema que les señala como si no ser heterosexual
fuera un pecado, como una anormalidad, como una abominación.
Para Carrillo Kimball los logros a través
de amparos para que las personas que deseen unirse civilmente a otra del mismo
sexo puedan hacerlo realidad, van más allá del mero acto, pues ha tenido la
satisfacción de que familiares de alguna de las contrayentes le agradezca
efusivamente expresando que “siga haciendo lo que hace, para que las personas
que se aman se les reconozcan sus derechos”.
Justo el 2015 es el año en que ha obtenido su mayor logro con la promoción de amparos, teniendo a la fecha nueve resoluciones a favor, a través de la organización del colectivo Sonora Igualitario cuyo objetivo primordial es el reconocimiento legal a las familias homoparentales y lesbomaternales.
Ambas finalistas tienen méritos suficientes
para obtener el Premio Estatal de la Juventud, las dos trabajan coordinadamente
para hacer visibles y posible el ejercicio de derechos humanos para la
comunidad LGBTTTIQ en Sonora. Con la entrega de este galardón en la categoría
de Derechos Humanos, el gobierno del Estado a través del Instituto Estatal de
la Juventud define una postura no vista antes: Los derechos sexuales también son
derechos humanos.
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