Vecinos se
oponen a construcción de hotel de arraigo en su colonia
Silvia
Núñez Esquer
“Un hotel
de arraigo es una cárcel, temporal, pero una cárcel al fin”. Con esa
convicción, vecinas y vecinos de la Colonia Universitaria y su colindante al
poniente Revolución I, se oponen terminantemente a la construcción del hotel de
arraigo que se pretende erigir dentro de la primera.
Extraoficialmente
y por boca de uno de los trabajadores que participaron en el aplanamiento del predio
ubicado en Boulevard Universidad y Enrique B. Michel, de la Colonia
Universitaria, de Hermosillo, en donde se pretende
edificar el hotel, los vecinos se enteraron de cuál era el objetivo de preparar
el espacio, para una futura construcción.
La
licenciada Rosalba Manzo, vecina del lugar, al conocer la finalidad que
tendrían los trabajos, fue quien alertó a los demás vecinos. El mismo obrero
indicó que es la Empresa Técnicas y desarrollo, S.A, la que haría el trabajo. La empresa de la
construcción cuenta con un portal de
internet, sin embargo, se encuentra
inactivo, sin especificar si esto es temporal o permanente http://tecnicaydesarrollo.com/, por
lo que no se puede consultar si cuenta con los permisos necesarios, ni los
trabajos que desarrolla actualmente.
Según información que permanece en la página web, se encuentra ubicado
en Doctor Pesqueira, número 176, Colonia Centenario, y tiene el teléfono
2080558.
Con las
experiencias que han sucedido en diversos puntos del país, de balaceras que
terminan dejando en medio a niñas y niños que se encontraban cerca, o que
incluso, han sido tomados como rehenes, las y los moradores de la Colonia
Universitaria y vecinas, se oponen rotundamente al hotel de arraigo o a
cualquier otra construcción que no sea un parque recreativo.
La señora
Martha Castro, vecina de la colonia Revolución I, opina que no se debe
construir el hotel de arraigo pues es un peligro inminente, principalmente para
las niñas y niños quienes acuden diariamente a la escuela y kínder de la
colonia Universitaria. “Estamos luchando para que se haga área verde. Es un
peligro que, dios guarde, se salga un reo y que vayan hasta allá, pues ellos
(policías) estarán cumpliendo con su deber, y son las criaturas las que corren
más peligro”, expresa preocupada.
Audelicia
Moreno, madre de familia de la colonia Universitaria, afirma contundente que no
está de acuerdo en que se construya, “que no se lleve a cabo” expresa, pues lo
ve como un riesgo innecesario que traerá mucho peligro, sobre todo para niñas y
niños.
Socorro Munguía Romero, madre de familia de la
colonia Revolución I, afirma que no está de acuerdo en la construcción del
hotel de arraigo, y en cambio piensa que se debe acondicionar un parque con un área verde en donde las niñas y niños
puedan ir a jugar y las familias puedan convivir sin riesgos. En definitiva lo
ve como un gran peligro y amenaza para las colonias cercanas.
Al conocer
los planes de la constructora, de inmediato las y los ciudadanos se organizaron
para impedir que eso suceda.
Y es que a
menos de cien metros, en Boulevard Universidad y Emiliana de Zubeldía, se ubican La escuela primaria “Laureano Calvo Berber”, y el Jardín
de niños “Primeros pasos”, a los cuales acuden niñas y niños de esa, y de las
colonias aledañas, por lo que un recinto para alojar presuntos delincuentes,
así como la presencia permanente de patrullas y policías con armas de alto
poder, son un riesgo inminente para la tranquilidad de la colonia.
No es la primera
lucha por espacios públicos para la ciudadanía
Hace
algunos años, los mismos vecinos tuvieron que dar una batalla para impedir la
instalación de una gasolinera en su colonia, misma que no obstante ubicarse a
sólo una cuadra de la Secundaria técnica número seis, que alberga a más de
novecientos estudiantes en dos turnos, el expendio se construyó y sigue
funcionando hasta el momento.
Rafael
Rubén Borbón Siqueiros, vocero de las y los vecinos de la Colonia Universitaria
y colonias colindantes fue protagonista en el lapso de 2000 a 2003, de otro
movimiento que detuvo la construcción de un taller de engrasado y lavado de
autobuses urbanos, dentro de los linderos de la colonia Universitaria, en la
administración de Gastón Guerra. El movimiento ciudadano impidió la
construcción, al impulsar y lograr la expropiación del terreno, para después
plantar árboles e instalar juegos infantiles, el cual hoy funciona como parque
recreativo.
Sin
embargo, fue el ex presidente municipal Francisco Búrquez quien le regresó la
propiedad al empresario del taller, lo cual tuvieron que volver a defender con
la resolución anterior, y emprender de nuevo la movilización ciudadana para
recuperar el espacio público, cercándolo y vigilando que continúe con el mismo
uso.
El vocero
de las y los vecinos informó que el terreno en donde actualmente se pretende
construir el hotel de arraigo, es una salida natural del agua, por lo que
debería quedarse sin construir, a menos que se tratara de un área verde.
El
movimiento de vecinos ha iniciado una serie de acciones, que empezaron con una
rueda de prensa. Al mismo tiempo iniciarán la investigación para allegarse los
datos oficiales, pues dada la información con que cuentan actualmente, la
empresa constructora no cuenta con ningún permiso. Tampoco los vecinos han sido
requeridos para dar su anuencia por escrito para ningún tipo de construcción
distinta al objetivo original, por lo que también carece de ese requisito.
Borbón
Siqueiros abundó en que el objetivo final de la serie de acciones es que si el terreno es propiedad de un
particular, le exigirán al gobierno del estado y al municipal que lo expropien,
pues es incorrecto que se haya vendido para otro uso que no sea recreativo y
deportivo.
Por lo
pronto, los manifestantes tomarán el terreno para impedir que entre maquinaria
para edificar ningún tipo de construcción, pues no permitirán que a ese predio se
le dé otro uso, que no sea el recreativo y deportivo.
Las
colonias afectadas con la construcción del hotel de arraigo son: colonia
Universitaria, Revolución I, La Hacienda de la Flor, Casa Blanca, entre otras, a las cuales de nueva cuenta, una acción
coordinada entre quienes autorizan, y quienes ejecutan, opaca, sin
transparencia, y sin la participación de los vecinos, las pone de nuevo en un
riesgo inminente, pues las obliga a convivir con armas de alto poder, a pesar
de que no lo hayan elegido así.
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