Leticia Burgos Ochoa
En estos momentos cada partido político ha determinado con que ejercito de candidaturas disputará el Congreso de la Unión y el Senado de la República. Entrando el año gastarán sus últimos cartuchos para definir quienes ocuparán las candidaturas que disputarán los 33 escaños del Congreso Local y los 72 ayuntamientos a renovar en Sonora. Y dicen que no hay mujeres que deseen ser candidatas.
Están siendo muy sigilosos por cierto, unos por
encuesta, otros por encuesta y votación en sus consejos políticos elegirán las
candidaturas que restan, pero todos decidieron darle vuelta a la democracia
directa, donde pudo haber sido la militancia, los simpatizantes y/o la
ciudadanía en general la que seleccionara por mayoría simple sus candidaturas.
Y dicen que las mujeres no quieren ser candidatas.
Mala señal resulta para la fortaleza democrática de
un país y de cualquier localidad que cada vez sean más reducidos los círculos donde
se determine la selección de candidaturas y se elimine de plano la opción
ciudadana para elegir a sus contendientes.
Peor aún resulta que la sociedad no conozca la
trayectoria y las propuestas que avalan el interés de ser candidato o candidata
hasta que se encuentre en la contienda. Pero en todos los círculos preocupa “según
que no haya mujeres que deseen ser candidatas”.
Llama la atención que solo en los corrillos de los
cafés de la localidad se manejan nombres y la gran mayoría de hombres y es que
dicen, “que no hay mujeres, o de plano es que no quieren, porque no quieren
dejar sus quehaceres cómodos de casa,
que es que no sirven para la política”.
Claro que hay mujeres, siempre las ha habido
encargadas de múltiples tareas para sacar adelante cualquier candidatura y al
país; y desde luego haciendo política a un lado de los gobernantes como
secretarias, artilleras, cocineras, Generalas y redactoras de los documentos
base que dieron origen a la Patria en el primer Constituyente y después en lo
que sería la Constitución Política vigente.
Claro que hay mujeres, siempre las ha habido. Gracias
a que ha habido mujeres, hoy los partidos, coaliciones o alianzas están
obligados a promover y garantizar mujeres candidatas, de tal manera que de las
300 formulas a las diputaciones federales, mínimo habrán de registrarse 120 de
distinto género y en las listas de representación plurinominal de cada cinco
dos tendrán que ser de distinto sexo; y a su vez cada fórmula tendrá que estar
conformada propietario y suplente del mismo sexo.
Que si hay mujeres y los partidos tendrán que
incorporarlas a sus fórmulas. Es alentador saber que Andrés Manuel López
Obrador rechazó un número muy importante de listas de candidaturas porque no
estaban incorporadas mujeres, convencido de su aportación a las campañas y la
gobernabilidad del país. Si hay mujeres.
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