Publicado en periódico Expreso 20 septiembre 2008:
FUERA DE RUTA
¿Cuánto vale tu tiempo?
MARGARITA BEJARANO
Seguramente muchas veces hemos escuchado decir que el tiempo es relativo. No significan lo mismo quince minutos de descanso para un doctor que ha tenido guardia por 24 horas continuas, que el mismo tiempo de espera en la parada de un camión o el traslado diario a la escuela.
Evidentemente, todas y todos empleamos y valoramos el tiempo de forma distinta, y ese valor depende no sólo de los resultados directos que obtenemos de invertirle en distintas actividades, sino del tipo de acciones que realizamos o dejamos de hacer durante ese tiempo.Como en todos lo ámbitos de la vida económica y social, las desigualdades de género están presentes; también existen grandes diferencias en los usos que hombres y mujeres damos a nuestro tiempo.
Independientemente de que todas las personas requerimos de tiempo para comer, dormir, descansar, relacionarnos, estudiar o trabajar y para esparcimiento –vaya, para satisfacer nuestras necesidades–, las combinaciones de uso que damos a nuestro tiempo están determinadas por el lugar que ocupamos en la sociedad, en nuestra propia familia y por la etapa de vida en que nos encontremos.
Por tal razón, es importante conocer de qué manera se refl ejan en la vida cotidiana estas diferencias de uso del tiempo y cómo infl uyen en la calidad de vida de las personas.En México, la Encuesta Nacional sobre los Usos del Tiempo (ENUT), realizada en 2002 por INEGI y el Instituto Nacional de las Mujeres, revela importantes aristas de las diferencias que existen en el uso del tiempo por parte de hombres y mujeres de distintos grupos de edad.
Es importante señalar que este esfuerzo trae a la luz el trabajo invisible de millones de mujeres: el doméstico no pagado.Los resultados de la ENUT revelan que la responsabilidad preponderantemente femenina de llevar a cabo el trabajo doméstico se perfi la como la principal inequidad en la distribución del tiempo.
Aunque es cada vez más común que hombres hagan alguna actividad propia del hogar o se involucren en la crianza y cuidado de las y los hijos, los resultados de la encuesta subrayan que no es lo mismo hacer, que el tiempo dedicado a hacer.
Es decir, pese a que 95 por ciento de las mujeres y 76 por ciento de los hombres en el país realizan trabajo doméstico, el hecho que refl eja la desigualdad de manera más cruda es que los hombres le dedican en promedio 8 horas a la semana, en tanto que las mujeres, 38 horas.
Ellas trabajan en el hogar casi cinco veces más que ellos.Por lo que respecta al trabajo fuera del hogar, en promedio, el tiempo que los hombres le destinan es tres veces mayor que el de las mujeres.
No obstante, es importante señalar que aunque los hombres dedican en promedio más horas a trabajo extradoméstico que las mujeres, en total, considerando trabajo doméstico y de mercado, las mujeres trabajan en promedio 7.3 horas más que los hombres, por semana.
Esta carga reduce de manera drástica el tiempo que las mexicanas podríamos invertir en actividades remuneradas, en estudio o simplemente en descanso y recuperación de energías para las arduas jornadas domésticas.
Por otra parte, la calidad de vida a la que se accede por la realización del trabajo –remunerado o no– es muy distinto para hombres y mujeres.No gana lo mismo por una hora de trabajo, ni en pesos ni en reconocimiento, una estudiante de posgrado que redacta su tesis mientras amamanta a su hijo y agrega una carga familiar de ropa a la lavadora, que un agente de seguros a quien diariamente le lavan y planchan su ropa y le cocinan y sirven sus alimentos.
La gran interrogante es cómo valorar la carga emocional que conlleva el trabajo que se realiza para la familia, el amor y la atención que una abuela pone al cuidado de sus nietos, o cómo contrarrestar la infl uencia negativa de los cuidados no profesionalizados hechos con frustración por quienes no pueden desarrollar otra actividad.
El tiempo de cuidado implica importantes retos para una sociedad como la nuestra. Es evidente que la actual distribución del tiempo implica inequidades, pero en la medida en que conozcamos más sobre ésta se podrá proponer para mejorarla.
En tanto, el tiempo apremia… Seguramente no han valido lo mismo las 168 horas de la última semana para la mayoría de nosotros que aprovechamos los días patrios para disfrutar con nuestra familia o amigos y sacar pendientes atrasados, que para las tres educadoras que se encuentran en huelga de hambre y lejos de sus familias por la reivindicación de sus derechos laborales...
Mi sororidad hacia ellas.
Maestra en Ciencias Sociales con especialidad en Relaciones Industriales por El Colegio de Sonora.
1 comentario:
SILVIA:
TE FELICITO POR ESTE ARTICULO TAN IMPORTANTE NUNCA HBAIA ENTRADO A ESTE SITIO PERO HOY QUE LO HICE NO DUDE EN REGISTRARME DEBIDO A QUE TU ESCRITO ES BASTANTE IMPORTANTE ENREALIDAD NO NOS DAMOS CUENTA DE LO IMPORTANTE QUE ES EL TIEMPO N NUESTRA VIDA DIARIA ES POR ELLO QUE PODEMOS TENER UNA MUY BUENA REFLEXION SOBRE EL TIEMPO ; ME GUSRTIA QUE TAMBIEN HUBIERA ARTICULOS SOBRE LOS MENORES INFRACTORES ... SALUDOS Y FELICITACIONES DE NUEVO
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