Sonora podría hacer un catálogo de violencias contra las mujeres. Recientemente fuimos testigas de un efímero intento por denunciar a hombres acosadores sexuales, y violadores en un tendedero virtual iniciado por algunas jóvenes de Guaymas y Empalme, Sonora.
El proyecto quedó en un fugaz paso por la red social Twitter que duró 48 horas, pues la ira machista se desató y a través de cuentas falsas, intento de clonación del sitio, y otras estrategias que buscaron acallar las voces que rápidamente nutrieron el espacio con testimonios de cómo hombres que se desempeñan como maestros, jefes en algunos empleos y otros, han abusado de su jerarquía histórica de género y las usaron para los fines que ellos decidieron.
Como ocurrió con el Metoo, las chicas autoras se organizaron para salvaguardar pruebas y evidencias de las denuncias.
Esto no gustó a algunos hombres que de inmediato movieron sus redes para que en forma colectiva se intentara disuadir del proyecto, lo cual finalmente lograron a través de amenazas, insultos, y una especie de cacería contra otras colectivas feministas que no tenían nada que ver con la creación de la cuenta.
Dos días y el exilio de dos jóvenes, una que sí participó en la iniciativa y otra ajena a ella, es el saldo de lo que ocurrió en esta misma semana.
Por primera vez las adolescentes y jóvenes víctimas se atrevieron a poner en público lo que se cuenta en privado y a veces nunca se ha externado, por lo que la plataforma proporcionaría un espacio seguro para hacerlo público por primera vez.
Pero las amenazas y violencia digital diversa les impidieron continuar, y por decisión colectiva, cerraron temporalmente la cuenta, no sin antes agradecer a quienes depositaron su confianza en ellas, e informar que próximamente regresarán con una estrategia más segura para todas.
Violencia política de género
Wendy Briceño Zuloaga es una feminista de Hermosillo, Sonora, que decidió participar en política desde hace años en el Partido Morena, el cual contribuyó a construir y fundar.
Wendy Briceño ha sido atacada día a día por algunos columnistas que, desde hace meses, solo tratan ese tema, agrediendo a la legisladora con insultos, acusaciones y caricaturización, con la finalidad de deformar su imagen gráfica como diputada.
La estrategia es todos los días escribir sobre ella, pero nunca informar sobre lo que está realizando en su trabajo legislativo, ni jamás entrevistarla para brindar información desde la fuente primaria. Estas columnas también focalizan la violencia de género contra otras correligionarias de Briceño.
De ahí que en la medida que las agresiones han acumulado una cantidad y nivel exacerbado, la Presidenta de la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de diputadas y diputados publicó en sus redes sociales el 2 de julio el siguiente posicionamiento:
“AVISO IMPORTANTE: Hay pseudocolumnistas que han estado atacándome sistemáticamente buscando descalificarme haciendo alusiones discriminatorias sobre orientación sexual y luchas pro derechos; e incluso modificando fotografías para escarnio; e invadiendo el derecho a mi privacidad y libertad.
También han estado lanzando una serie de señalamientos y aseveraciones hacia mi persona, sin dar prueba alguna de sus dichos. No hay día en que no lancen menciones llenas de odio selectivo, discriminación, violencia política y calumnias contra mí.
No he respondido porque: No son sujetos de diálogo quienes rentan su pluma y conciencia al mejor postor. No usaré mi derecho a réplica, sino que defenderé mis derechos vía recurso legal para demandar por odio selectivo, calumnias y violencia política. Tengo claros mis derechos y los haré valer”.
La carga de odio hacia cada una de las propuestas y/o avances en la legislación sobre reconocimiento de Derechos Humanos de las mujeres que impulsa Wendy Briceño es evidente en dichas columnas que no han cesado desde que ella asumió la presidencia de esa comisión. Parecería un “encargo” tal como ella lo señala al asegurar que “rentan la pluma”. No responderá ejerciendo el derecho de réplica porque no hay alguna información qué aclarar, simplemente no hay información, solo agresiones.
Violencia contra defensoras de Derechos Humanos
En el Diálogo #MujeresTransgresoras: “la importancia de la solidaridad nacional e internacional frente a las agresiones contra mujeres defensoras de los Derechos Humanos”, realizado a través de Facebook el 30 de junio, Yessica Sánchez Maya de Consorcio para el Diálogo Parlamentario, hizo alusión a los datos de la Red Nacional de Defensoras, en la que Sonora aparece en la documentación de agresiones.
Pero no en cualquier lugar, sino en los primeros del país. Los principales estados en donde se perpetra la violencia contra defensoras de Derechos Humanos son: Oaxaca, Ciudad de México, Veracruz, Puebla, Guerrero, Yucatán y Sonora. Esto deja al descubierto que esas entidades no tienen una claridad de cómo garantizar el derecho a una vida libre de violencia para las mujeres.
En el marco de confinamiento asesinaron a tres defensoras: Paulina Gomez, María Elena Ferral y Karla Camarena, recordó Yéssica Maya. “Es un confinamiento confuso”, expresó, y la falta de diseño de una política estratégica de protección a las mujeres, ha puesto en mayor vulnerabilidad a las defensoras y a las mujeres en general.
Violencia contra mujeres periodistas
En el mapa “Cartografía de agresiones a mujeres periodistas, Geografía de las violencias contra las mujeres”, construida por Comunicación e Información de la Mujer, A.C. se evidencia que en Sonora se documentaron 21 casos en total de agresiones a mujeres periodistas.
La responsable del programa Libertad de expresión y género de CIMAC, Adriana Ramírez Venegas, la periodista y defensora de Derechos Humanos, Lydia Cacho Ribeiro, el Relator especial de la libertad de Expresión de la CIDH, Edison Lanza y la periodista Lucía Lagunes Huerta, directora de CIMAC como moderadora, presentaron el informe este 2 de julio.
En el mapa se puede distinguir que en diversos momentos y municipios las principales violencias que se perpetran en la entidad contra las mujeres periodistas son: violencia digital, acoso, censura, acoso judicial, detención arbitraria, amenazas, bloqueo de información institucional, e intento de desprestigio por parte de los grupos de poder, utilizando a otros periodistas.
Peor aún, algunas periodistas han recibido varias agresiones, en años distintos, y en respuesta a seguimiento periodístico específico que hacían en ese momento. Es por ello que aparecen en la base de datos en varias ocasiones.
Del 2010 al 2020, en Sonora fueron violentadas conductoras, reporteras, y directoras de medios, quienes fueron agredidas de diversas formas como se puede consultar en el mapa y base de datos que puso a disposición CIMAC, desde el 2 de julio.
Todas estas violencias parecerían no existir para las instituciones pues nunca se mencionan ni se registran como tal. Solo si las víctimas denuncian ante las instancias correspondientes, se conoce entre el gremio periodístico.
Sin embargo, el mapa presentado por CIMAC, nos advierte que hay patrones de agresión identificados que, por cierto, se ejercen contra los diversos segmentos de mujeres antes descritos.
Expresa también que Sonora no ha puesto en el foco de atención el prevenir las violencias ni contra las periodistas, ni contra otras mujeres y niñas. Sonora no anda bien en prevención de la violencia de género, pero tiene que reconocerlo.
20/SNE/LGL
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