Silvia Núñez Esquer
Hermosillo, Sonora | 28 de abril 2020
El sábado
25 de abril la familia de Teresita Lemas Campuzano empezó un tipo de atención
desconocida pues una de sus hermanas dio positivo a la prueba de COVID-19.
Con el
temor natural a la nueva enfermedad y a sabiendas de que su familiar padece de
hipertensión, buscaron atenderla en su servicio médico correspondiente en el
Hospital General del Estado.
Pero ahí
es donde empezó la incertidumbre de si sería la atención adecuada, pues también
el personal médico está actuando no siempre de la mejor manera tanto al recibir
a los pacientes, como al canalizarlos al lugar adecuado.
Fue el
caso de la hermana de Teresita (de quien omitimos el nombre por respeto a los
derechos del paciente), quien al
sentirse mal y reconocer lo que las autoridades están repitiendo una y otra
vez, de viva voz y en anuncios de radio, televisión y redes sociales, como
síntomas de COVID-19, se aproximó a atenderse médicamente.
Y como en
Hermosillo el designado como “Hospital COVID” es la clínica 14 del Instituto
Mexicano del Seguro Social, a la familia se le informó que la paciente sería
trasladada a ese nosocomio, pero no por esa razón, sino por la falta de
claridad entre los pacientes que so afiliados a una u otra seguridad social.
Teresita cuestionó
a quien le informó del traslado el porqué de esa decisión, obteniendo como
respuesta: “Mire señora se tiene que hacer este trámite porque la atención de
su hermana aquí en el hospital tiene un costo de $22,000 diarios, entonces si
el Hospital Militar (donde se atiende regularmente) no responde, a usted le van
a hacer firmar pagarés”.
La
respuesta que no fue la más sensible para el momento que vivía la familia, la
hizo reaccionar respondiendo que ya el día anterior su sobrina de diez y seis
años, aun siendo menor de edad, la obligaron a ir tres veces a entregar los
medicamentos que su madre toma regularmente por prescripción médica.
Esto es
porque no había claridad en el procedimiento, la adolescente entró a entregar
los medicamentos lo cual para Teresita le causó afectación emocional, pues fue
a la hija a la que le dieron el diagnóstico sin ningún tacto.
Que su
madre salió positiva a COVID-19, lo cual alteró a la chica quien se retiró de
ahí. Fue hasta que se percataron de que la receta de los medicamentos era del
IMSS, que decidieron instruir al médico responsable de turno en fin de semana,
que se debería trasladar.
En tanto,
su hermana desde adentro, triste y asustada, le envió un mensaje diciendo que
se sentía muy mal. Esto era porque por el estrés de la situación “se le disparó
la presión”, describe Teresita.
Fue por
la forma en que trataron a su hermana, que Teresita Lemas decidió publicar su
relato y fotografías de la travesía que vivieron el sábado pasado para lograr
que su hermana fuera atendida como “el gobierno dice que lo está haciendo”,
comenta.
Teresita
lamenta el tacto con la paciente para darle la noticia. Más aún, en medio de la
situación tan estresante, hablar de cobros, las respuestas enfadadas al buscar
a su hermana para ubicarla dentro del hospital.
Solo
recuerda como actos discriminatorios el “Ay no, yo ya me voy”, o el de otra
persona que remató “Yo no voy para allá”. Y las risas después de esto, el que
se retiraran dejándola sola, le dolieron tanto como la angustia que sentía por
no conocer el estado en que se encontraba su hermana.
Al día
siguiente, recibieron cobranza por teléfono por parte del Hospital General, que
si qué estaban esperando, que tenían que pasar a firmar y hacer el pago, pues
de otra forma tendrían que retener ahí a su hermana, siendo que ya la paciente
se encontraba dentro de la ambulancia que la trasladaría al hospital COVID.
Después
de una nueva discusión al final la cajera finalizó diciendo: “¿Sabe qué señora?
Déjelo así”.
La
experiencia del primer momento le deja la reflexión que la hace
preguntarse: ¿Por qué están jugando con
el dolor ajeno?. Mientras seguían a la ambulancia para “asegurarse de que
dejaran a su hermana en la Clínica 14 del IMSS”.
En el
IMSS la situación no varió mucho pues la falta de tacto e insensibilidad
siguieron. El trato rudo, las llevó a la necesidad de contactarse con el
titular de la institución, quien ha estado pendiente del caso, al igual que el
Secretario de Salud de Sonora.
Surge
otro caso en la familia
Además de
la primera integrante con COVID-19, otro más, uno de sus hijos de 23 años de
edad, resultó con síntomas sospechosos.
El joven
de quien también resguardamos su nombre, empezó con malestares como fiebre,
color y debilidad de cuerpo, tos y otros, por lo que se presentó en la clínica
14 del IMSS para atención.
Sin embargo,
al igual que sucedió con su madre, no fue bien recibido. Prácticamente fue “regañado” por haber ido al hospital, ya
que según lo que le informaron “debería haberse quedado en su casa”.
Él
explicó a un médico que se sentía mal y que deseaba que lo atendieran y que le
hicieran la prueba del COVID pues su madre había dado positivo.
En
entrevista nos narró que más bien recibió una reprimenda pues “no le harían
prueba solo porque él decía”. Lo enviaron
a casa y solo después de varias denuncias en redes sociales, en donde se
contactó incluso al director general del IMSS fue que se atendió el caso.
“Son los
médicos o el sistema IMSS, mi sobrino
trae inflamados los pulmones, presión baja, fiebre de 38° que sube hasta 41°, y
no es prioridad le dijeron”, escribió en twitter Teresita Lemas, arrobando al
Secretario de Salud de Sonora.
El
funcionario le respondió a través del mismo medio, que ya habían turnado el
caso al IMSS.
Como
respuesta recibió le indicaron que la prueba debe ser solicitada al delegado (sic)
del IMSS –oficina de representación- del Estado de Sonora.
Desde
entonces el joven ha sido monitoreado telefónicamente a diario, para dar
seguimiento a su evolución. Incluso, ya se le tomaron muestras para realizar la
prueba del COVID y poder estar seguros de que sus malestares están relacionados
con la enfermedad.
Como marca
el protocolo, se encuentra aislado en un cuarto de su casa para proteger a los
demás integrantes de la familia, mientras esperan el resultado de la prueba.
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