Familia Ríos Fimbres sigue en la lucha por su salud
Silvia Núñez Esquer
Hermosillo, Sonora, 15 agosto 2016.- Que vayan al Médico psiquiatra fue la más reciente recomendación que la Secretaría de Salud de Sonora
hizo a Dulce María Fimbres y a su esposo Jesús Ríos León, después de años de
pugnar por atención especializada y sendos resultados clínicos que indican que
tienen afectaciones por radiación en su organismo.
A partir de los seis microgramos de arsénico hay peligro
para la salud si éste se encuentra en el organismo humano. “Yo traigo 192 micro
gramos de arsénico en el cuerpo”, asegura Jesús Ríos. Como respuesta las
autoridades de salud les han referido al servicio psiquiátrico para que ahí
sean tratados de sus diversas afectaciones.
Siempre han tratado de evadir el problema, no les han
querido dar tratamiento ni a ellos ni a sus dos hijas y un hijo, denunciaron
mientras continúan en el plantón ahora instalado frente a las puertas de
palacio de gobierno para ver si son vistos o escuchados por la gobernadora
Claudia Pavlovich.
La familia Ríos Fimbres tiene varios años peregrinando por
atención de los servicios de salud en Sonora, en la Ciudad de México, incluso
en Estados Unidos.
La cadena de corrupción y el pacto de silencio que existe
entre autoridades y otras instituciones, ha hecho que su demanda siga como al
principio, pues a pesar de que han invertido en practicarse análisis en forma
particular, no han logrado su propósito pues lo que obtienen como respuesta es
el silencio y la indiferencia de cada instancia a la que van recurriendo.
En total a los integrantes de la famiia les han detectado 24
metales más los isótopos que hacen 34 en total, todo por arriba de lo permitido
para considerar inocua la presencia de esos contaminantes, explicó Ríos León.
Dulce Fimbres narró en entrevista que las mismas personas
que les han dado seguimiento en esta administración les hicieron una llamada en
la cual esperaban tener respuesta a la solicitud que hicieran el 16 de febrero
pasado, para que les apoyaran con un especialista del Instituto Nacional de
Salud Pública, INSP, con sede en Cuernavaca, Morelos.
Para su sorpresa en lugar de la información esperada, quien
llamó, identificado como de comunicación social, informó que la Secretaría de
Salud les solicitaba que fueran al psiquiatra, para ellos terminar la
integración de un “cuadernillo”, sin explicarles en qué consiste.
La madre de familia, quien ha sido intervenida
quirúrgicamente por tumores, opinó que no le parece que después de años que
tienen luchando por una atención especializada a la que tienen derecho, ahora
estén desviando la atención hacia un servicio que no se les está requiriendo.
“No necesitamos un psiquiatra, sino un especialista que
atienda lo que realmente padecemos”, dijo indignada.
Pero Dulce y Jesús no se quedaron haciendo plantones en el sexenio anterior frente a la casa de gobierno donde residía el
gobernador Padrés, también lo hicieron en la casa de la gobernadora Pavlovich,
quien decidió continuar residiendo en su vivienda familiar.
Ahora se plantan frente al palacio de gobierno denunciando
la falta de atención, al mismo tiempo que realizan la gestión para llevar su
caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, organismo internacional
que ya recibió los documentos y la queja de la familia Ríos Fimbres.
Agotamos todas las instancias federales, estatales y
municipales, por lo que acudimos ya a las instancias internacionales y nuestro
caso está siendo revisado por los abogados de la CIDH, según acuse de 29 de
junio de 2016, por lo que estamos en espera de que sea admitido para su
análisis y esperamos a futuro una recomendación por nuestro caso al Estado
mexicano, afirma Dulce.
Sus tumores en los senos nasales, la neuropatía en varios
integrantes de la familia que cada día se agrava más, la espindolitis
esquilosante, son algunos de los padecimientos identificados. “Tu cuerpo se va
quedando rígido. Mi hijo ya tiene parte de su columna soldada, tiene que tomar
medicamento de por vida, porque esa enfermedad ya no tiene remedio”, explica
angustiada.
Los cinco tenemos neuropatía periférica y tampoco se nos ha
dado la atención que necesitamos. De acuerdo al diagnóstico con el que cuentan
gracias a que lo hicieron en forma particular, los especialistas médicos que
requieren hasta ahora son: cardiólogo, neumólogo, reumatólogo, neurólogo y endocrinólogo.
Sus hijas Dalia María y Dulce María, su hijo Jesús Gerardo, y
ellos mismos, requieren un especialista en radiación y contaminación para que verifique
la contaminación de la casa, para saber qué tratamiento específico es el que
deben de llevar, resuelve Jesús Ríos.
Ambos lamentaron que la Secretaría de Salud los intente
engañar diciendo que están haciendo lo posible para apoyarlos, pues en un boletín
de prensa la SS informó que desde febrero de 2016, solicitaron al INSP su apoyo
para gestionar la valoración del caso, pero que la respuesta a julio del mismo
año “continúa en suspenso” por parte de la institución.
En la misma comunicación la SS expone que hasta el momento
no existe evidencia en el expediente familiar que confirme la existencia de
intoxicación por radiación o por metales pesados en alguno de los miembros de
la familia.
Sin embargo, ante el seguimiento que hiciera la familia Ríos
Fimbres, a la supuesta solicitud al INSP, éste les respondió el 14 de junio de
2016, que a esa fecha no habían recibido ningún tipo de petición de parte de la
Secretaría de Salud de Sonora. Por ello, lo único que ahora hay en firme, es la
recomendación de que vayan al psiquiatra.
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