miércoles, 10 de junio de 2015

La gobernadora



Silvia Núñez Esquer

Claudia Artemiza Pavlovich Arellano ganó las elecciones a la gubernatura, se convertirá en la primera gobernadora en la historia del Estado de Sonora, al ganar las elecciones intermedias en el proceso electoral 2014-2015. El resultado preliminar es irreversible, apunta la autoridad electoral. 

Según el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, IEE, al momento de cerrar al Programa de Resultados Electorales Preliminares, PREP,  las cifras para elección de gubernatura daban 47.49% de la votación a la candidata de la coalición PRI-VERDE-PANAL. En tanto 40.77% son para el candidato del Partido Acción Nacional, PAN, Javier Gándara Magaña. Al candidato del PRD, Carlos Navarro correspondió 3.50%, al de Morena, Javier Lamarque 2.68%, al Partido del Trabajo Jorge Moreno Berry 1.44%, y a Encuentro Social 1.04%.

Es significativo que siendo éste el primer proceso electoral en donde por ley los partidos están obligados a presentar candidatas y candidatos con estricta paridad de mujeres y hombres, haya sido una mujer quien obtuviera la mayor votación, no obstante  que en esa posición las organizaciones políticas no estaban obligadas a presentar candidaturas de uno u otro género. 

Al igual que su madre, María Alicia Arellano Tapia, Claudia Pavlovich pasará a la historia como mujer pionera en la política sonorense, al convertirse en la séptima gobernadora en el país y primera en Sonora. 

No es extraño que sea el PRI el partido que la haya llevado a esa posición pues de las seis  gobernadoras con que ha contado México, cuatro han sido de su partido, ella será la quinta. El Partido de la Revolución Democrática ha impulsado a dos, una de ellas sustituta del jefe del Distrito Federal. El Partido Acción Nacional no ha colocado ninguna gobernadora aún. 

Lo interesante será visualizar si el triunfo de Claudia Pavlovich favorece a las mujeres. Es Licenciada en Derecho, ha sido presidenta del Comité directivo municipal y estatal del PRI, regidora del Ayuntamiento de Hermosillo, Diputada al Congreso de Sonora y Senadora de la República, cargo que desempeñaba cuando decidió contender por la gubernatura de su estado. 

Como Senadora participaba en las comisiones de Comunicaciones y transportes, Educación, Pesca y Acuacultura, y la de Protección civil. Ninguna relacionada con el avance de las mujeres, ni la igualdad de género. Pero sí con el impulso de las reformas llamadas estructurales empujadas por el ejecutivo federal, correligionario de su mismo partido, las cuales apoyó desde su curul. 

Justo para finalizar la LVIII Legislatura local, a la cual pertenecía en 2009 ocurrió el incendio de la Guardería ABC en donde perecieron 49 niñas y niños y más de cien resultaron con lesiones de diversos grados. En su momento, la entonces diputada optó por expedir carta de recomendación a algunos de los dueños de la estancia infantil subrogada del IMSS, que obran en el expediente y que llevaban como finalidad aportar elementos para ser valorados por el juez, intentando demostrar que son personas confiables, responsables, y  de probada solvencia moral. 

Este acto le valió para que madres y padres afectados repudiaran la acción, pues esperaban neutralidad en su actuación, al igual que en la de todos los poderes, y en todo caso, como servidora pública, que se pusiera en el lugar de las víctimas y no de los responsables. 

Recientemente, Abraham Fraijo, padre de Emilia Fraijo, una de las niñas fallecidas en el incendio mencionado, denunció que la candidata del PRI a la gubernatura no sólo no ha pedido perdón a las y los afectados, sino que no ha convocado abiertamente y en forma transparente a las familias afectadas para plantear su posición sobre el caso ABC, como próxima gobernadora. Por si fuera poco, el padre afectado dijo que sí se reunió “en lo oscurito” con algunos de los padres y madres ABC.

Por su parte, Patricia Duarte Franco, madre de Andrés Alonso García Duarte, otro de los niños fallecidos declaró en el mitin de conmemoración del sexto aniversario, que el ejecutivo federal no ha accedido a recibir al Movimiento 5 de junio, violando su derecho de petición. A ese respecto, Claudia Pavlovich no ha mencionado palabra alguna, ni ha expresado si será intermediaria para que éste reciba a las familias que lo solicitan, o que impulsará alguna acción para apoyar la demanda de justicia. 

Quien dirigirá la administración estatal por los próximos seis años, recibe el Estado de Sonora con una grieta de sangre muy profunda. Con una herida viva, que sólo sanará cuando las y los responsables reciban la sanción que cada uno merece de acuerdo a su grado de responsabilidad, tal como lo demandan las y los afectados. 

Financieramente recibe la entidad con números rojos, en quiebra, víctima del saqueo que llevó al grado más bajo los servicios de salud y de educación, básicos para el desarrollo de una comunidad. Sonora tiene varios presos políticos que están encerrados por hacer activismo contra el proyecto más ambicioso del gobernador panista que pronto terminará su administración, el acueducto, que afecta a la nación Yaqui, sin contar con que pasa por su territorio sagrado.

Recibe un Río Sonora contaminado y a unos habitantes que claman porque se destierre a Grupo México de Sonora. El cáncer y otras enfermedades han empezado a aparecer entre las y los pobladores del Río Sonora, incluso entre la población infantil. Por ello otra de sus grandes demandas es la instalación de un hospital de alta especialidad en alguno de los pueblos del río. 

A diferencia de lo que ha expresado en algunas ocasiones, que viene de la “cultura del esfuerzo” Claudia Pavlovich Arellano no emana de las clases populares. Por ello no ha tomado el pulso a la pobreza. Ella no viaja en transporte público, ni necesita hacer sus revisiones médicas en el Seguro Social, el ISSSTE, ISSSTESON o utilizar el Seguro Popular para ir al Hospital Integral de la Mujer, el cual tiene amplia fama de maltratar a las mujeres que por falta de recursos, van a dar ahí. 

No ha dicho qué hará para disminuir la incidencia de embarazo adolescente, que en Sonora ha llegado a constituir 27% de los nacimientos reportados por la Secretaría de Salud. Tampoco ha mencionado qué va a hacer para fortalecer a las instituciones procuradoras de justicia para operar un protocolo de investigación del delito de feminicidio con perspectiva de género. O bien, qué hará para prevenir los asesinatos de mujeres, con el impulso de las órdenes de protección para víctimas de violencia de género. No hemos leído o escuchado de ella que impulsará los servicios de salud necesarios para las niñas y mujeres violentadas sexualmente y que resultaron embarazadas de su violador, incluida la interrupción legal del embarazo, tal como lo permite el Código penal del Estado y lo estipula la NOM 046.

Cuando conozcamos ese plan atravesado por la voluntad para apoyar el avance de las mujeres y las niñas del Estado de Sonora, y cumplir el objetivo de obtener justicia, cada quién podrá responderse: ¿Sirvió de algo tener a la primera mujer gobernadora en Sonora?

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