OPINIÓN
Silvia Núñez Esquer
Silvia Núñez Esquer
Claudia
Pavlovich Arellano recibió ayer la constancia de mayoría de votos en la
elección por la gubernatura de Sonora. Es un hecho, ella será la primera
gobernadora del estado, tal como su madre fue la primera presidenta municipal
de su natal Magdalena de Kino; primera presidenta municipal de la capital,
Hermosillo; primera diputada federal suplente; primera diputada federal
propietaria; primera senadora mexicana -junto con María Lavalle Urbina-, y primera por Sonora. Toda una precursora de
la participación política de las mujeres. Los únicos puestos de elección popular que no
ocupó Alicia Arellano fueron el de
gobernadora y presidenta de la República.
Pronto su
hija será la titular del gobierno estatal, en una suerte de completar esa
carrera política que Arellano Tapia no logró. Y aunque su hija Claudia no ocupó nunca una
presidencia municipal, sí fue como ella, senadora de la República y de ahí
saltó a la gubernatura.
Ahora que
tiene la constancia de gobernadora electa, llegó la hora de estudiar la
realidad de las propuestas que hiciera esta candidata para implementarlas si
resultaba ganadora. Más allá de las frases publicitarias de campaña, llegó el
momento de que la ciudadanía tome el papel de monitor y contraloría ciudadanos.
“Impulsar”
y “promover” son los verbos que permean toda la plataforma electoral del
partido que llevó a CPA a ser electa gobernadora. Lamentablemente eso significa
que no garantiza que lo que promueva se lleve a cabo en la realidad pues
depende de otros actores y factores. En ninguna parte de su propuesta de 133
páginas se utiliza el verbo garantizará.
Y claro,
nadie lee completa la plataforma antes de ir a votar. Y es que en Sonora está
visto que se vota en contra, más que a favor. Así pasó hace seis años, cuando
el electorado votó contra el partido que gobernaba, el PRI, al que castigó por
el mal manejo de la crisis en la tragedia ABC ocurrida el 5 de junio de 2009, que
dejó muertos a casi medio centenar de niñas y niños, justo un mes antes de las
elecciones.
Un sexenio
después, Sonora vota mayoritariamente en contra del partido al que llevó por
primera vez a gobernar el estado, el PAN, y otorga de nueva cuenta el poder al
partido que castigó. Sólo que ahora elige a un género distinto, contraviniendo
todas las opiniones de que en Sonora “No estamos preparados para que gobierne
una mujer”, como se había venido ventilando por los hombres del poder.
En las
propuestas de campaña lo más parecido a la inclusión en la toma de decisiones,
es la llamada: Participación ciudadana en la función de gobierno. En ésta
promete ampliar los canales y mecanismos de participación contemplados en la
legislación; y abrir un mayor número de espacios institucionales en los que la
ciudadanía pueda intervenir en la toma de decisiones pública, así como en la
implementación y evaluación de los programas de gobierno. Propone impulsar la
consulta ciudadana, y crear consejos
ciudadanos constitucionalmente autónomos elegidos por la sociedad en procesos
de elección, organizados por la autoridad electoral.
Para atender la pobreza, en la plataforma se habla de un “Sonora solidario”,
llamando a la corresponsabilidad, pero no a terminar con ella. Por eso para la población
vulnerabilizada están presentes los programas Prospera, Cruzada contra el
hambre y todos los del gobierno federal.
Lamentablemente
el factor salud sigue descansando en el fracasado seguro popular, que tantas
vidas ha costado. Se ofrecen facilidades “adicionales” para afiliarse a este
servicio y acceso a un nuevo paquete de salud que incluye veintisiete servicios
médicos básicos, sin especialidades.
El
documento dedica un apartado específico para las mujeres. Interesante resulta
ver que se incluye la defensa de los derechos humanos. Se hace hincapié en la
igualdad de géneros, por lo que insta a “luchar” por la no discriminación
laboral hacia las mujeres. “Debemos garantizar a las madres que trabajan doble
turno o por la tarde, el cuidado de sus hijos en estancias infantiles de tiempo
completo”.
Esta plataforma
promete erradicar la violencia y el acoso sexual contra las mujeres a través de
reformas legislativas “de nueva generación”
e instancias que defiendan y protejan los derechos e integridad de la
mujer. Contempla construir, con la participación de la sociedad civil el
Programa Estatal para la Igualdad entre Mujeres y Hombres. Impulsar reformas
que permitan los presupuestos participativos e incorpore la perspectiva de
género en los programas y presupuestos. Impulsar la mejora en la atención a mujeres
embarazadas, recién nacidos, y detección y tratamiento de cáncer cérvico uterino
y otras enfermedades.
Novedosa
resulta la propuesta de establecer una
instancia de defensa de la mujer con especialistas en atención a mujeres
víctimas del delito, y casos de discriminación en la escuela, el trabajo y el
hogar.
Retoma la
exigencia de las mujeres organizadas que desde hace dos décadas piden que el
Instituto Sonorense de la Mujer sea creado por Ley para dotarlo de autonomía. Lo
ideal sería que la iniciativa de creación de la instancia de la mujer tomara en
cuenta las características que desde su inicio solicitaron las activistas, y
que a la fecha no sólo no se ha cumplido, sino que esa instancia se ha
utilizado como oficina para hacer campaña política del partido en el poder, y
ha estado a expensas de la modalidad de contenido ideológico de cada una de las
personas que han ocupado la dirección general.
Siendo un
apéndice de la Secretaría de gobierno, poco pueden hacer quienes han tenido una
perspectiva de defensa y promoción de derechos humanos de las mujeres, como la
propuesta original que impulsaron las mujeres de Sonora. Ya es hora de que
quien gobierne escuche a las mujeres, a las feministas que impulsaron la
instancia de la mujer para beneficio de todas, no sólo de quienes militen en el
partido que gobierna.
Una buena
forma de demostrar una verdadera voluntad de cambio político, sería que mientras
el ISM siga bajo el régimen legal actual, el nombramiento de la Directora
general se lleve a consulta ciudadana, no debe seguir siendo a criterio del o
la gobernadora. Se debe elegir de entre personas que demuestren tener una
visión de defensa y promoción de derechos humanos de las mujeres, con un
enfoque feminista, tal como el que le dio vida y que después se desvirtuó.
Las
titulares que han ocupado la Dirección General del Instituto Sonorense de la
Mujer por nombramiento directo del gobernador son: Carmelita Calles Bustamante, Teresita Caraveo
Galindo, Esther Salas Reátiga, María Antonieta Meraz Carrizoza, todas del PR. Y
por el PAN: Dolores Alicia Galindo Delgado, Angélica Payán García, Eloísa
Flores García.
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