viernes, 11 de julio de 2014

La causa de Mireles: ¿Quién cuidará a las niñas?



Entrevista con Talía Vázquez abogada de José Manuel Mireles

Silvia Núñez Esquer

Hermosillo, Sonora, julio 2014.- A rape total en apoyo a su amigo, la abogada y activista Talía Vázquez Alatorre expone ampliamente su punto de vista sobre la detención del Dr. José Manuel Mireles Valverde, a quien representa y defiende de las acusaciones que lo mantienen recluido en Hermosillo, México, en un penal de máxima seguridad.

Gesticula mucho cuando habla, sube la voz cuando es necesario, mira de frente, y se sostiene sin parpadear por minutos si es necesario. Una de las “amantes del poder” retratadas en el libro de ese nombre, de la autora Sanjuana Martínez, viene a nuestra ciudad en calidad de defensora del acusado de romper el pacto entre el comisionado en Michoacán Alfredo Castillo, y las denominadas autodefensas que proliferaron por todo ese estado.

Talía se define como autodefensa, pues está convencida de que todas y todos en el país, ante un estado fallido que ha declinado en su papel de garante de la seguridad pública, tenemos que defendernos por nosotros mismos. Ante un ilícito, ante un ataque sexual, ante la propia violencia institucional de que somos objeto a diario, buscamos mecanismos de auto defensa.

“Cuando nos escondemos el dinero en el calcetín para subirnos a un camión y que no nos lo roben”, “cuando enrejamos nuestras ventanas para que no se meta alguien a robar o a violarnos”, “Cuando cambiamos las rutinas para no ser secuestrados o levantados”, en todas esas acciones lo que hacemos es auto defendernos, afirma.

Agradecida por que la entrevista enfoque el interés sobre el contexto actual de la violencia contra las niñas y las mujeres en Michoacán, que fue detonante para la aparición de los grupos de auto defensa, confirma que si bien estaban sometidos a diferentes cárteles, a lo largo del tiempo, unos primero, otros después, fue la violencia extrema contra las niñas y mujeres en Michoacán la que hizo surgir la decisión de tomar las armas para auto defenderse.

Era una forma de vivir a la que ya se habían acostumbrado: A pagar piso, a compartir cosecha con los narcos. Pero quizás no era lo suficiente para despertar el valor y el coraje para sentirse absolutamente contra la pared.

El Dr. Mireles tiene tres hijas, cuenta su abogada, pero es la más pequeña, la que estudia la secundaria en Tepalcaltepec, Michoacán, de la que él era el presidente de la sociedad de padres de familia. Es una persona muy respetada, es el médico del centro de salud. En un solo mes, los Templarios se robaron y violaron a catorce niñas de esa secundaria. Llegaban, se sentaban en el Jardín
(parque principal del pueblo) a ver pasar a la gente, y ya de plano decían: “Esa me gusta, tráemela”, y se robaban a la niña. O llegaban a la casa de alguien para cobrar el “piso”, y ya que le pagaba, le decían: “Oye, me voy a llevar a tu mujer”, y se llevaban a las mujeres y se las devolvían al día siguiente violadas, pero además les decían: “Veme bañando a tu niña porque me la voy a llevar”.

El Dr. Mireles como médico del pueblo se dio cuenta que durante un año no atendió mujeres embarazadas, sino puras niñas, que habían sido violadas por los Templarios. Se las llevaban quince días, las regresaban violadas, absolutamente sobajadas.

Como víctima de violación tumultuaria en 2011, por hombres influyentes que además están libres, Talía Vázquez entiende muy bien de qué se habla cuando se sufre una violación. Tanto así, que formó una asociación para apoyar a mujeres y niñas violentadas.

 México contra la impunidad, A.C., nació a raíz de su experiencia como víctima de una salvaje violación por su ex marido y dos amigos de éste, narrada a detalle en el libro Las amantes del poder. Justamente por ello también es autodefensa. “Yo logré meter a dos a la cárcel, después los liberaron”, recita como quien ha dicho una y mil veces en voz alta el párrafo más doloroso de su vida, con los ojos ya sin lágrimas, pero llenos de experiencia.

Considera que su caso es terrible, un caso de injusticia, de impunidad, a pesar de ser una mujer preparada académicamente, abogada, profesionista independiente, come tres veces al día, y aún así no puede lograr que se le haga justicia, ¿Qué se pueden esperar estas niñas? ¿Quién denuncia? ¿Ante quién denuncian los papás de las niñas violadas? ¿Ante el Ministerio público que es Templario? ¿O ante el Ministerio público que le va a avisar a los Templarios? Se pregunta con la fuerza de un dedo acusador.

Vázquez Alatorre reflexiona convencida de que el Estado falló, y ya no hay ante quién denunciar, ante quién acudir, sencillamente ya no hay quién defienda a la ciudadanía, por eso ésta tiene que auto defenderse. Persona que ponía una denuncia en Tierra Caliente, amanecía al día siguiente sin cabeza, y la denuncia pegada en la puerta de su casa, rememora con crudeza. La situación es: Te violan, te matan, y no tienes a quién recurrir.

Ante esta situación, cualquier esposo, cualquier padre de familia puede entender que si van a violar a tu hija tienes qué hacer algo. Por ello se reunieron los fundadores del pueblo, los ganaderos y demás, y platicaron y entonces empezaron a confesar lo que nadie quiere contar nunca: “A mí ya me robaron a las tres niñas, ya me las devolvieron, pero tengo miedo, mis hijas están violadas”.

La violación de las niñas fue lo que derivó en que dijeran: “Vamos matándolos, porque no podemos permitir más esta situación y no tenemos a quién recurrir”. Eso es en Tierra Caliente, pero en el DF en donde las leyes son maravillosas, el Ministerio público es el primero en inhibir la denuncia. ¿Qué esperamos de los tribunales? Nada, absolutamente nada, por eso tenemos que ser auto defensas, lamenta.

Las viudas

La situación contra las niñas continúa, siguen llevándose a las niñas, siguen violándolas, pero además ahora se agrega lo que le llamamos “Viudas de los auto defensas”. Viudas de los que realmente han muerto, y las “viudas” de los que están presos. Son familias desprotegidas en donde el padre de familia está preso por impedir que violaran a su hija. En vez de detener al violador, detienen al papá, acusa. ¿Cuántas mujeres están actualmente solas frente al crimen organizado? El padre Goyo ha hecho una labor muy importante en Apatzingán, pero no se da abasto, es una crisis humanitaria, afirma.

Él se dedica a ayudar a las familias de las mujeres desprotegidas, porque son muchas mujeres pobres, sin preparación escolar, pero aunque la tuvieran ¿En qué van a trabajar? , cuestiona. La crisis humanitaria en Michoacán es enorme, niños a merced del crimen organizado, porque quien los podía defender que es su papá, está en la cárcel. Hay familias en las que ya mataron al papá, al abuelo, a los tíos y a los hermanos, que sólo quedan las mujeres, narra la defensora.

Mujeres auto defensas

Ser auto defensa significa tener claro que es nuestro derecho defendernos, que el país está colapsado en el tema de seguridad pública e impartición de justicia, y que no podemos esperar más tiempo, que tenemos qué hacer algo nosotros. Y lo que tenemos qué hacer es auto defendernos. Los que tengan armas, con las armas, los que tengan voz, con la voz, los que tengan manera, escapar, explica.

En realidad todo México es auto defensa, reflexiona. Los ricos contratan guaruras, los clases medias ponen rejas en sus casas, ponen casetas a las entradas y salidas de las calles, se turnan para vigilar. La señora que se sube a un camión y se esconde el dinero en un calcetín, es auto defensa, porque sabe que entrará a un lugar en donde está vulnerable. Y sabe también que no puede pedir a un policía que la cuide, eso es impensable.

“Yo no sé usar armas ni nunca las he usado… pero créame que ganas no me han faltado”, contesta de inmediato a pregunta de la reportera. Esto es porque a diario recibe amenazas desde que denunció la violación de que fue víctima. De igual forma, desde que es defensora del Dr. Mireles, se ha desatado una campaña en redes sociales con fotomontajes en posiciones eróticas, al grado de llamarle la “Porno abogada”. Y aunque sabe que detrás está su ex esposo, Juan Iván Peña Neder uno de sus violadores, le preocupa su familia por el tormento que significa que les estén enviando como un bombardeo a sus correos electrónicos esos videos e imágenes editadas.

Aún así, sabe que no hay nada más terrible que una violación, ni esa campaña, ni alguna otra situación puede ser peor que ese agravio, más el calvario de pasar por los tribunales y Ministerios públicos una y otra vez. La de Michoacán es una situación de crisis humanitaria, particularmente de las mujeres, repite convencida.

Las mujeres a quienes ya les asesinaron a todos los hombres de la familia se han organizado y dos o tres de ellas cuidan la huerta o el sembradío familiar, armadas para enfrentar los ataques. Están en los retenes de las auto defensas, y son ellas las que están al frente, pues no hay nadie mquién las defienda.

De las jóvenes que han incursionado en los grupos de auto defensa, Talía Vázquez comenta que muchas de ellas fueron víctimas de violación, y lo que han hecho es no permitir el ciclo de la extorsión, sino que cuando vienen por el “piso”, ellas se enrolan en las auto defensas, pues lo que seguiría es que les asesinen a sus mamás o a ellas mismas. Si el que le quitó la tierra es presidente municipal o tiene algún otro cargo público de decisión ¿A quién recurres?

Las autodefensas no se han desarmado, por eso el Dr. Mireles está preso. El comisionado Castillo hizo un convenio irrealizable, y fue un acto mediático. No se le puede pedir que se desarme a un pueblo que está amenazado y rodeado por personas armadas. Es un error sobre error. No hay tiempo para hacer un trámite largo, que además no garantiza que te acepten en la guardia rural. Es una simulación, hay un discurso mediático que no tiene nada que ver con la realidad.

Es muy difícil en México ser mamá y papá, pero ser mamá y papá, en una zona de guerra, donde a ti y a tu hija las violan y a tu hijo te lo matan, es muy complicado. Los narcos asedian los pueblos, los cercan, no hay agua, no hay comida, los niños pasan hambre, eso es lo que están viviendo las mujeres en Michoacán. Estamos rebasados.



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