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Hermes D.Ceniceros
El 24 de octubre, Hermosillo amaneció
consternado por la aparición del cuerpo sin vida de la menor Verania
Elizabeth Ramírez Jiménez a las 4:15 de la madrugada, en la popular
colonia San Luis. Un caso más de feminicidio en el estado, una realidad
alarmante en la cual viven las mujeres. Un delito que todavía no conoce
castigo.
Cuatro días antes, si se consultaba el mapa de la CNDH que muestra las entidades que aun no tienen al feminicidio como delito autónomo en sus códigos penales, se observaba que sólo Baja California Sur, Michoacán y Sonora no han avanzado en esa materia.
Pero ese 24 de octubre, el Congreso sonorense comenzó a debatir la tipificación del delito de feminicidio, en medio de una creciente presión social. La Comisión de Justica y Derechos Humanos, así como la de Asuntos de Equidad y Género presentaron en asamblea la iniciativa para tipificar el feminicidio y someterla a votación.
Entre los asientos del pleno aparecieron unos pañuelos blancos bordados con hilo morado. En estos pañuelos venían los nombres bordados de algunas de las victimas de feminicidio de este año en Sonora. Fueron bordados por la madre y la hermana de Priscilla Carolina Hernández Guerra, quienes organizadas en el colectivo Justicia para Priscilla se reúnen sábados y domingos con familiares, amigos y ciudadanos conmovidos por el asesinato de la joven a manos de su novio, para bordar el nombre, la edad y el lugar donde han sido localizadas las mujeres que ya no están con nosotros y nos hacen falta. Cada uno de los bordados lleva también una mariposa como sello distintivo del colectivo Justicia para Prsicilla y del grupo de Bordando por la Paz Hermosillo.
Estudiantes del COBACH, activistas, feministas, periodistas, integrantes del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), personal del Instituto Municipal de la Mujer y la familia de Priscilla Carolina estuvieron entre los asistentes a la sesión. Todos compartían lugares con los bordados que nos recordaron quienes ya no están aquí por ser víctimas de la violencia sistémica contra la mujer.
Pero, la propuesta de tipificación del feminicidio publicada en la Gaceta del Congreso apareció con un detalle que al OCNF le preocupa: En la descripción de los feminicidios aparecía el homicidio doloso como una de las características del delito. Esto, según el ONCF, complica la aplicación del castigo al feminicidio porque hace que se tengan que probar dos delitos: El de homicidio y el de feminicidio. Basándose en las recomendaciones de los organismos de Derechos Humanos, la ONCF pide que la tipificación del feminicidio este homologada con la Ley Federal para evitar la experiencia de entidades como el Estado de México y Guanajuato donde se han complicado los casos de feminicidios por tener que comprobar dos delitos y no uno.
Mientras se daba la sesión del Congreso, Araceli Guerra, madre de Priscilla, y Silvia Nuñez Esquer, periodista y presidenta de ONCF Sonora, así como miembros de otros colectivos feministas y por la paz, comenzaron a cabildear para que la propuesta de tipificación solo se leyera en la sesión como una primera lectura y se esperara una revisión más detallada por parte del OCNF y de los diputados de las comisiones que la postulan. En ese inter, la presencia entre el público de los bordados de quienes nos hacen falta causó extrañeza. Los asistentes no sabían cómo reaccionar. Creían que se estaba apartando el lugar a alguien y les causó molestia. De repente, los periodistas reconocieron el nombre de Priscilla Carolina Hernández Guerra y entendieron el porqué de su presencia en forma de pañuelo bordado. Tomaron fotos y video. La prensa reconoció a quienes nos hacen falta.
El cabildeo de Araceli Guerra, el OCNF y los otros colectivos dio resultado. Se dio una primera lectura a la propuesta de tipificación del feminicidio, sujeta a revisión y a votación para la próxima sesión, el martes 29 de octubre. Después de la lectura, los diputados agradecieron la presencia de los familiares de Priscilla Carolina Hernadéz Guerra y de todos los que los acompañaron. No mencionaron la presencia de los ausentes, pero la dignidad con la que recogieron los bordados dejaba implícito que ellas también estuvieron observando esta primera parte del proceso de tipificación del feminicidio en Sonora.
Tomado de Spleen Journal, publicado en: http://www.spleenjournal.com/index.php?option=com_content&view=article&id=364%3Alas-mujeres-que-nos-hacen-falta-visitan-el-congreso-de-sonora&catid=1%3Ablog&Itemid=21
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