martes, 6 de noviembre de 2012

Reconocen a Magda Rivera como mediadora de lectura

Tiene la sonrisa que es un sol iluminando el rincón de los niños del stand de IMCATUR en la Feria del Libro de Hermosillo. Ahí, entre sillones, javas e historias, la cuentacuentos Magda Rivera, con amor y dedicación, -la única forma posible de promover la lectura entre los pequeños-, todas las tardes parte de viaje con los niños y papás que se acercan al puesto del Instituto Municipal de Cultura, Arte y Turismo, para regresarlos felices y renovados. 

El pasado sábado 3 de noviembre, Magda Rivera recibió de parte del programa Sonora Lee del Instituto Sonorense de Cultura, un reconocimiento por su encomiable labor como mediadora del programa Salas de Lectura de Conaculta. Su trabajo con los hijos  de los migrantes del poblado Miguel Alemán ha llamado la atención en todo el país. 

Para Magda Rivera este reconocimiento significa un momento para ver un poco hacia atrás lo que he logrado caminar. Solo una breve mirada. Lo que sigue, supongo, espero, va a ser mejor, expresa quien se desarrollara también como reportera en algún tiempo.

Alguien que se lanza a esta aventura de promover la lectura, sacrifica muchas veces tiempo, dinero y otras cosas. Por qué hacerlo se le pregunta. La respuesta es exacta: “Hay un dicho que señala alguien tiene que hacerlo. Coincido con Eduardo Galeano cuando dice que hay que seguir el camino de la utopía con esas pequeñas cosas que, tal vez, no van expropiar las cuevas de Alí Babá con lo que hacemos; pero son esas pequeñas acciones las que nos demuestran que la realidad es transformable. Creo y persigo el camino de la utopía”.

Magda Rivera coordinada la sala de lectura Letras Migrantes en el poblado Miguel Alemán. Al respecto expresa: "No se trata sólo de leer, sino de leer dónde. En la escuela, en el campo, en la cárcel, en un orfanato. En este caso se trata de leer en una comunidad migrante, con niños triquis, mixtecos, no indígenas, niños que nacieron en el valle de San Quintín, en Sinaloa, en Chihuahua, cuyos padres llegaron a Sonora buscando una forma de salir adelante y que decidieron quedarse en la colonia Ampliación Miguel García para empezar una nueva historia. 

Empezamos a trabajar con este proyecto, Letras Migrantes, el 5 de junio del año pasado, una fecha muy simbólica, de luto, y quisimos platicarles a los niños de esta forma de ver el mundo, la lectura; poco a poco hemos tenido buenos resultados. Son 40 niños que se reúnen bajo un tejaban a convivir, a escuchar; hay lectores oyentes, que aún no saben escribir su nombre, pero que son muy participativos, otros que tienen más facilidades para conversar, otros para escribir, y ahí estamos con los libros del Programa Nacional Salas de Lectura de Conaculta.

Para ser un promotor de lectura, dijo,  primero que nada se necesita el gusto por la lectura. Que guste compartir lo que lees y la facilidad de invitar a los demás. Esas tres condiciones son fundamentales, lo demás se aprende poco a poco. Una gran generosidad, se le inquiere. Sí, es cierto, tienes que tener mucho amor para los demás.           

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Fuente: Comunicación Social Ayuntamiento

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