Tiene la
sonrisa que es un sol iluminando el rincón de los niños del stand de IMCATUR en
la Feria del Libro de Hermosillo. Ahí, entre sillones, javas e historias, la
cuentacuentos Magda Rivera, con amor y dedicación, -la única forma posible de
promover la lectura entre los pequeños-, todas las tardes parte de viaje con
los niños y papás que se acercan al puesto del Instituto Municipal de Cultura,
Arte y Turismo, para regresarlos felices y renovados.
El pasado
sábado 3 de noviembre, Magda Rivera recibió de parte del programa Sonora Lee
del Instituto Sonorense de Cultura, un reconocimiento por su encomiable labor
como mediadora del programa Salas de Lectura de Conaculta. Su trabajo con los
hijos de los migrantes del poblado
Miguel Alemán ha llamado la atención en todo el país.
Para Magda
Rivera este reconocimiento significa un momento para ver un poco hacia atrás lo
que he logrado caminar. Solo una breve mirada. Lo que sigue, supongo, espero,
va a ser mejor, expresa quien se desarrollara también como reportera en algún
tiempo.
Alguien que se
lanza a esta aventura de promover la lectura, sacrifica muchas veces tiempo,
dinero y otras cosas. Por qué hacerlo se le pregunta. La respuesta es exacta: “Hay
un dicho que señala alguien tiene que hacerlo. Coincido con Eduardo Galeano
cuando dice que hay que seguir el camino de la utopía con esas pequeñas cosas
que, tal vez, no van expropiar las cuevas de Alí Babá con lo que hacemos; pero
son esas pequeñas acciones las que nos demuestran que la realidad es
transformable. Creo y persigo el camino de la utopía”.
Magda Rivera
coordinada la sala de lectura Letras Migrantes en el poblado Miguel Alemán. Al
respecto expresa: "No se trata sólo de leer, sino de leer dónde. En la escuela,
en el campo, en la cárcel, en un orfanato. En este caso se trata de leer en una
comunidad migrante, con niños triquis, mixtecos, no indígenas, niños que
nacieron en el valle de San Quintín, en Sinaloa, en Chihuahua, cuyos padres
llegaron a Sonora buscando una forma de salir adelante y que decidieron
quedarse en la colonia Ampliación Miguel García para empezar una nueva
historia.
Empezamos a trabajar con este proyecto, Letras Migrantes, el 5 de junio
del año pasado, una fecha muy simbólica, de luto, y quisimos platicarles a los
niños de esta forma de ver el mundo, la lectura; poco a poco hemos tenido
buenos resultados. Son 40 niños que se reúnen bajo un tejaban a convivir, a
escuchar; hay lectores oyentes, que aún no saben escribir su nombre, pero que
son muy participativos, otros que tienen más facilidades para conversar, otros
para escribir, y ahí estamos con los libros del Programa Nacional Salas de
Lectura de Conaculta.
Para ser un
promotor de lectura, dijo, primero que
nada se necesita el gusto por la lectura. Que guste compartir lo que lees y la
facilidad de invitar a los demás. Esas tres condiciones son fundamentales, lo
demás se aprende poco a poco. Una gran generosidad, se le inquiere. Sí, es
cierto, tienes que tener mucho amor para los demás.
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Fuente: Comunicación Social Ayuntamiento
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