Fomenta Dirección de Atención a la Mujer cultura de la
denuncia
Hermosillo, Sonora, 18 de noviembre de 2012.- Un grito,
un manotazo o un empujón en la espalda, son prácticas de violencia que Tomasa,
ama de casa con 35 años de casada, veía tan normales que jamás pensó que estaba
bajo una bomba de tiempo a punto de estallar ante la menor provocación.
Procedente de Ures, Tomasa reconoció la problemática que
vivía en casa al cambiar su residencia del mítico pueblo a la capital del
estado, donde anuncios y programas de televisión le permitieron visualizar la
violencia que generaba su marido y que hoy repite uno de sus hijos.
“Desde pequeña en casa de mis padres, yo sufría por
golpes que mi mamá me propinaba; ésa fue una de las razones por las cuales a
los 15 años decidí casarme y alejarme, sin embargo, mi marido empezó a
violentarme desde que nos casamos. Para mí no era nada nuevo el que me dieran
un empujón o me gritaran, eso hacía mi mamá”, recordó.
Con tres décadas de matrimonio, cuatro hijos y 11 nietos,
Tomasa decidió hacer algo, ya que no podía seguir viviendo en un matrimonio
donde los gritos eran el común denominador de los días, sobre todo al saber que
su hijo mayor repetía el patrón con su esposa.
“Empecé con terapia psicológica y después iniciaron mis
visitas al Centro Integral de Atención contra la Violencia en la Mujer
(Ciavim); mi esposo también fue a terapia pero la abandonó tras unas cuantas
sesiones. Yo, no. Yo sigo adelante buscando una vida más tranquila”, dijo.
Deshonroso lugar
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la dinámica de
las Relaciones en los Hogares, Endireh, en el año 2011, Sonora se encuentra en
sexto lugar a nivel nacional con más de la mitad de la población femenina
violentada, ya sea vía física, psicológica, laboral o económica.
Clementina Elías Córdoba, titular de la Dirección General
de Atención a la Mujer, dio a conocer que de septiembre a la fecha, en la
dependencia a su cargo, vía Ciavim, se han presentado 870 féminas que han sido
violentadas; de ellas, 494 sufrieron golpes.
“Se realizó una encuesta, ahí la mujer aceptó haber
sufrido violencia, la cual no es representativa de un nivel socioeconómico y
que por miedo no denuncian. Eso es lo que buscamos erradicar, ese miedo, e
incrementar con ello la cultura de la denuncia”, precisó.
A través de cursos, capacitaciones, talleres, foros y
pláticas que se realizan en diversas escuelas de nivel preparatoria en
Hermosillo, la dependencia municipal ve en los niños y jóvenes la mejor manera
de poner un freno a la violencia contra la mujer.
En la encuesta 2011 que el pasado 16 de julio dio a
conocer el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Inegi, a
través de Endireh, Sonora ocupa el sexto
lugar en violencia ejercida contra las mujeres.
"Estamos en sexto lugar nacional porque nuestras
mujeres han sido violentadas; del total de féminas en Sonora, 492 mil han
sufrido violencia; 459 mil, dañadas psicológicamente; 89 mil físicamente, 68
mil han sido agredidas de forma sexual y 242 mil sufrieron violencia económica",
detalló Elías Córdoba.
Con respaldo de elementos de Seguridad Pública Municipal
y Estatal, del Instituto Hermosillense de la Juventud, asociaciones civiles y
organismos privados, la Dirección General de Atención a la Mujer implementa
programas que apoyen a todas aquellas mujeres que han sufrido o están en riesgo
de ser violentadas.
“Tenemos los programas ‘Tu primer amor, tu amor propio’ y
‘Yo contra la violencia’ enfocados a jóvenes de preparatoria; los capacitamos
para que ellos, a su vez, orienten a estudiantes de secundaria y primaria.
Fomentamos la cultura contra lo que dañe a los demás, a las mujeres sobre
todo”.
Vidas en riesgo
No se requiere de vivir años y años en pareja para ser
agredidos física, verbal, psicológica o económicamente, como es el caso de
Alondra, joven madre de familia que relató la experiencia de convivir con una
persona agresiva, algo que hizo de su vida un infierno.
“Mi relación con el padre de mi hija fue de cuatro años:
uno de novios y tres de convivencia en pareja. Las agresiones estaban a la
orden del día. Por cantar, bailar o el simple hecho de retrasar una cita, eran
motivo suficiente para ser agredida”, relató.
Patadas, golpes en la cabeza, intentos de ahorcamiento y
cachetadas, fueron parte del problema que Alondra vivió por tres años, hasta
que finalmente decidió dejar la casa que compartían y buscar refugio donde
mejor podía estar: en casa de su madre.
El colmo fue cuando golpeó a mi hija, le dio una
cachetada; el motivo era lo de menos, ya que las agresiones saltaban a la menor
provocación, recordó. “Ahí ya no soporté, tomé una maleta con cambios de mi
hija, míos, y me fui a casa de mi mamá a quien después de un tiempo le conté mi
historia”.
Con rencor hacia el padre de su hija y sin tiempo para
tomar una terapia que le ayude a superar su experiencia, Alondra sigue con su
vivir diario, se desarrolla profesionalmente, cría a una pequeña de tres años e
intenta sobrevivir, olvidando el triste episodio que una historia que inició
con mucho amor.
“Yo aún le temo. Me da pavor tener otra relación y que él
se entere, llegue e intente golpear a mi nueva pareja y a mí también, ya que ha
amenazado a mis papás y hermanos y en una ocasión intentó privarme por unos
minutos de mi libertad, destrozó mi celular y me dijo que no me dejaría salir
del lugar donde me tenía”.
Denunciar sin
miedo
Casos como el de Tomasa y Alondra son muy comunes. Por
ello la Dirección General de Atención a la Mujer cuenta con tres centros
Ciavim, localizados en las colonias Los Olivos y Solidaridad, así como uno más
en el poblado Miguel Alemán, donde los casos de violencia doméstica son
alarmantes.
Clementina Elías Córdoba reconoció que se requiere de
mucho trabajo para hacer que las mujeres salgan del círculo de violencia que se
presenta en el hogar y el entorno laboral. “Debemos quitarnos el miedo y
denunciar. Acudan a nosotros; contamos con programas, atención gratuita y un
albergue donde por tres meses les atendemos y ayudamos a superar su problema”.
En el albergue “Hacienda La Esperanza”, la mujer que
sufre de violencia es alejada de su entorno por tres meses; ella y sus hijos
reciben terapias psicológicas así como apoyos grupales, para aprender
manualidades que les permitan sostener sus hogares sin necesidad de seguir con
un hombre que las violenta.
Tomasa conoció del apoyo que brinda el Ayuntamiento de
Hermosillo. Ella acude a uno de los centros integrales de Atención contra la
Violencia en la Mujer, donde desde las 7:30 de la mañana forma parte de un
grupo donde hacen piñatas.
“Aquí desahogo mi coraje y frustraciones. Llego y por
unas horas me olvido de todo lo que me ha pasado. Eso me permite regresar a mi
casa y enfrentar mi situación. Afortunadamente, la violencia ha disminuido, hay
gritos pero ya en menor proporción; ahora cuando mi esposo se enoja, en lugar
de empujarme o darme un golpe, decide quedarse callado y habla cuando ya el
coraje ha pasado”.
Para Alondra, las cosas no son de esa manera, ya que aún
se siente amenazada. Por ello decidió acudir ante la Dirección General de
Atención a la Mujer. El primer acercamiento se dio hace unos días, por lo que
está dispuesta a hacer lo posible para salir adelante.
Si bien el 25 de noviembre se conmemora el Día
Internacional contra la Violencia hacia
las Mujeres y Niñas, la autoridad municipal busca ir más allá y poner en
práctica un plan de acción apoyado en Consejo de la Mujer y en el voluntariado
“Caminos de Esperanza”, cuyo principal objetivo es incrementar la cultura de la
denuncia.
Datos Encuesta Nacional 2011 sobre la dinámica de las
Relaciones en los Hogares:
492 mil mujeres en Sonora han sido violentadas.
870 en Hermosillo, de septiembre a la fecha.
459 mil padecen violencia psicológica.
89 mil fueron golpeadas.
68 mil son víctimas de violencia sexual.
242 mil sufren violencia económica.
Hay tres centros de apoyo a la mujer en Hermosillo.
El Ayuntamiento opera el albergue “Hacienda La
Esperanza”.
Fuente: Ayuntamiento de Hermosillo
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