Leticia Burgos Ochoa
Con sumo entusiasmo anunciamos en éste mismo medio que
Sonora va a la vanguardia en relación a
los logros legales que permitirán mayor presencia de las mujeres en todos y cada
uno de los espacios de la vida pública y en el gobierno. Lo que no quiere decir
que sea una realidad. Esta por verse el 1 de julio. Los partidos están llamados
a respetar y cumplir la Ley Electoral de Sonora.
Y es que gracias al impulso de un Grupo Plural de
Mujeres Sonorenses de los diversos partidos y de la Sociedad Civil, se logró
establecer en el Código Estatal Electoral la equidad y la alternancia de género
para el registro e integración del poder local municipal en la entidad y además
cada fórmula a registrar tendrá que ser del mismo género, es decir, propietario
y suplente tendrá que ser del mismo género. Logros que se observarán el 15 de
septiembre en la integración de los 72 ayuntamientos que deberán ser
paritarios, es decir, mitad hombres y mitad mujeres gobernando cada municipio.
Sin lugar a duda, los logros de Sonora es lo más
avanzado que tenemos en el país, mientras a nivel federal tenemos un sistema de
cuotas 60-40 establecida en el COFIPE de manera temporal para promover y
garantizar el acceso efectivo de las mujeres en el Congreso de la Unión, es
decir, todo partido, alianza o coalición tendrán que garantizar en el registro
de 120 fórmulas de distinto género de las 300 diputaciones federales y 26 de
las 64 fórmulas al Senado, que representan el 40% mínimo; pero además cada
fórmula propietario y suplente deberá de ser del mismo género, tanto para el
registro de candidaturas a Diputados federales como para Senadores de la
República.
Lo grave del asunto es que concluido el registro de los
partidos han sido llamados a cuentas por el IFE y las mujeres políticas de
todos los partidos, teniendo de plazo hasta el 29 de marzo para enmendar la
plana de sus registros, porque ninguno cumplió con la Ley, ni con la población
mayoritaria del país -las mujeres-; de lo contrario se harán acreedores a la sanción
máxima de perder su registro.
Las mujeres siguen siendo invisibles para los
dirigentes de todos los partidos, pero no para designar tareas, para eso sí,
son a las primeras que llaman para que apoyen las campañas o preparen reuniones
en la colonia o el barrio.
La invisibilidad de las mujeres en los partidos y en
el conjunto de la sociedad pone en tela de duda a la democracia y sus
instituciones, ojala que rectifiquen y cumplan a cabalidad con la norma, solo
así se podrá avanzar hacia un mayor progreso y reconciliación social, entre
mujeres y hombres en el hogar, en el trabajo y en cada una de las comisiones
emprendidas por el Gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario