sábado, 9 de febrero de 2008

Medios


Mujeres migrantes más vulnerables a la violencia

Se alejan de las redes sociales

Silvia Núñez Esquer

Hermosillo, Son. 9 febrero 08.- Son las mujeres migrantes las más vulnerables a la violencia de género por encontrarse lejos de sus redes sociales y de su entorno común. Así lo afirmó María del Carmen Arellano Gálvez, en el programa de radio “La Conversada” de El Colegio de Sonora.

Quien obtuvo el grado de Maestría por esa institución académica con el trabajo: “Cicatrices del Silencio: Estudio sobre la violencia en la pareja en un contexto de migración”, aseguró que la violencia hacia las mujeres no es un problema de clases marginales, sino de relaciones basadas en la desigualdad de género. Por ello la violencia se presenta en todos los ámbitos como escuela, trabajo, gobierno y otros.

En relación al feminicidio refirió que es resultado del uso extremo del poder por parte de los hombres. Es el control que se toma sobre la mujer a la que considera su propiedad. De hecho los hombres que asesinan a sus parejas no se arrepienten, pues lo hacen sobre algo que consideran su pertenencia como lo es su mujer. No es un control por medio del matrimonio, sino del poder que se ejerce sobre la vida de la mujer, sobre su cuerpo que pertenece al hombre.

En su investigación ubicada en Pesqueira, poblado rural ubicado a unos treinta kilómetros de la ciudad de Hermosillo, Arellano se refiere a los medios de comunicación como unos reproductores de roles tradicionales en donde las mujeres están subordinadas a los hombres.

Criticó que los medios reproduzcan esos estereotipos sólo por mantener una imagen de familia. Es una forma de reproducir masivamente los roles, no hay una formación al respecto, aseguró. Lamentó que igual se hace campaña contra la violencia de género, pero igual se refuerzan las relaciones de desigualdad.

Se refirió a que en las telenovelas, género que suponemos es más visto por las mujeres, está presente la violencia hacia las mujeres, sacrificio y sumisión hacia su pareja y en la soledad sufrida por los personajes.

En el ámbito de los medios agregó que otra forma de producir violencia es en los anuncios al invadir de productos que presionan a buscar la perfección de los cuerpos de las mujeres. En esa forma se ejerce control sobre lo que debe ser y la denigran al no aceptar lo que somos, por no pertenecer a esos estándares de belleza.

Ubicada en el tema de la pareja migrante la maestra Arellano dijo que su estudio lo realizó con mujeres que dijeron y reconocieron violencia en su casa o en su pareja. Aclaró que la migración no sólo es negativa, pues también encuentran trabajo, dinero, servicios de salud y educación para sus hijos.

No obstante, la migración también aleja a las mujeres de sus redes sociales. Es un proceso de cambio radical en muchos casos, incluído el cambio climático pues de una zona tropical se trasladan a un territorio desértico, lo cual repercute en el estado físico.

Ante ese panorama las mujeres migrantes se enfrentan a problemas diversos porque no conocen a nadie, no tienen familia en su nueva residencia, carecen de amigos, no tienen arraigo lo cual las aísla. Incluso las mismas mujeres oriundas se refieren a ellas como “mujeres del sur, por lo tanto ignorantes”.

Al estar solas se encuentran más vulnerables ya que es más fácil que la pareja las aísle, controle, condiciones que facilitan la violencia. Aunado a ello se presentan humillaciones y otras formas de violencia no física que se ve como normal y como parte de un status “yo tengo dueño”.

En ese sentido especificó que tanto las oriundas como las migrantes sufren violencia, sólo que las mujeres locales consideran que no caminar detrás del marido como ocurre en algunos grupos migrantes, aún que tengan que pedir permiso a su esposo para salir, no es violencia.

En la investigación “Cicatrices del Silencio: Estudio sobre la violencia en la pareja en un contexto de migración”, María del Carmen Arellano propone la creación de redes sociales, redes de confianza para mujeres migrantes. Que se aprovechen los espacios públicos como escuelas o presidencia municipal, para dar información y orientación hacia la cultura de la no violencia hacia las mujeres.

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