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mujeres y niñas han sido asesinadas en lo que va en 2019 en Sonora, más 311
desde el 2015.
Marcha contra los feminicidios en Hermosillo, Sonora, 1 de junio de 2019 |
Lo
que sí ocurre es que ahora nos enteramos más pronto y con más detalles. Ahora
podemos vigilar a las autoridades para que hagan bien su trabajo, y si no lo
hacen podamos demandarlo públicamente.
También
ha variado la diversidad de armas y la sofisticación de las mismas. Los actos
violentos siguen siendo los mismos, asfixia, ahorcamiento, quemaduras,
mutilaciones, golpes con objetos contundentes, violaciones antes de privarlas
de la vida, mordeduras. No, eso no es nuevo.
Las
muertes inútiles siempre son dolorosas pues esas mujeres y niñas siempre nos
harán falta.
México
se ha convertido en un país en donde gran parte de su población está
desaparecida o enterrada ilegalmente, y otro importante segmento está llorando,
penando en búsqueda de sus familiares.
Nos
hemos convertido en un país triste, que llora por sus desaparecidos y
desaparecidas, por sus asesinados y asesinadas.
Estamos
aquí por esas niñas que no podrán estudiar, que no podrán disfrutar la vida y
de las que nos perdimos el talento que pudiesen haber desarrollado como
profesionistas, como creadoras, tal vez como científicas.
Por
esas jóvenes que lo único que hacen es ver hacia el futuro con alegría, con
energía, con esperanza, y que encontraron la oscuridad de un contexto de
discriminación hacia las mujeres, que se expresa en machismo, en misoginia, en
odio hacia nuestro género.
Vinimos
a manifestarnos también para exigir que cese la violencia institucional contra
las mujeres, cuando éstas van a reportar algún incidente de violencia o acoso,
o aquellas que se deciden a denunciar a su agresor sistemático.
Basta
de regresarlas, basta de negarles las órdenes de protección. Basta de pactar
con los agresores para acorralar a la víctima y dejarla desprotegida en un
territorio de feminicidas.
No
menospreciemos el sentir de las mujeres que se sienten en peligro. Exigimos que
sean tomadas en serio, y que las autoridades hagan bien su trabajo. En sus
manos está prevenir los feminicidios.
Estamos
pues aquí para reivindicar nuestro derecho a vivir una vida libre de violencia,
a manifestar nuestro coraje e indignación por la libertad y permisividad que
tienen los feminicidas para alterar la paz y la tranquilidad de las mujeres.
MI
más sentido pésame y solidaridad para las familias de Ámbar Dolores Vásquez Ayala, de Itzel Nohemí Quiroa Seratos, de NN, y de todas las mujeres y
niñas que ya no están con nosotros porque fueron asesinadas, por el simple
hecho de ser mujeres, porque en Sonora y en México se puede.
Deseamos
pronta recuperación para la señora Elvia
Ochoa Cejudo, quien fue víctima de un permitido feminicida en potencia.
Finalmente
me solidarizo con mi colega Soledad Jarquín en Oaxaca, quien ahora también pena
y exige justicia para su hija María del Sol Cruz Jarquín, asesinada por el
sistema político hace exactamente un año hoy 1 de junio.
Por
todas ellas, mujeres y niñas que nos faltan, exigimos justicia y garantía de no
repetición.
¡Ni una menos! ¡Paren los
feminicidios!
Leído por Silvia Núñez Esquer en la Marcha por justicia por los feminicidios en Sonora y por garantía de no repetición
Hermosillo, Sonora, 1 de junio de 2019
GALERÍA DE IMÁGENES Y VIDEO:
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