Silvia Núñez Esquer
Hermosillo, Son., 6 marzo
2012.- En menos de una semana en dos ocasiones hemos visto la presencia de
elementos del Ejército mexicano en territorio universitario. El día de ayer 5
de marzo, sobre la banqueta del museo y biblioteca pudimos ver estacionado un
camión del Ejército, y por lo menos seis elementos armados custodiándolo.
Esperando que no se
convierta en una costumbre, fuimos a preguntar por qué un camión del Ejército
permanecía en instalaciones de la Universidad de Sonora, y por qué por fuera y
dentro de él, algunos elementos armados descansaban desenfadadamente, como si
custodiasen el edificio.
Fue el Teniente Saúl
Martínez quien nos respondió la razón: por algunas horas estas personas
montaron y resguardaron una exposición fotográfica denominada "Conoce a tu
Ejército y fuerza aérea mexicanos".
En la Galería de
Artes y Ciencias de la Universidad de Sonora, permaneció la exposición
itinerante, con permiso de los encargados del recinto.
Aprovechamos para hacer el
recorrido y constatar qué es lo que el Ejército está difundiendo para
justificar su presencia en las calles. El Teniente Martínez de la Cuarta zona
militar, nos explicó que la exposición se divide en cinco aspectos: Combate a
narcotráfico y delincuencia organizada, Adiestramiento militar, Aplicación del
Plan DN-III-E, Desfiles y ceremonias militares, y Equidad de género.
Fue ésta última la que
llamó nuestra atención para hacer más preguntas. Ahí están las que siempre
hemos visto: las enfermeras. Sólo que ahora se agregan las egresadas de todas
las escuelas militares como la de Conocimiento de armas, Aviación, Ingenierías,
Medicina militar, Odontología, Transmisiones, y el Heroico Colegio Militar. Ahí
está Andrea Cruz, la joven de 21 años que se convirtió en la primera militar
piloto aviador en 2011, acompañada de otras cuatro mujeres no menos preparadas.
Ellas, las jóvenes
militares forman parte de una generación de mujeres que irónicamente se
promovió en este sexenio como cumplimiento a la transversalización de género,
para lograr la equidad de género en el Ejército y la Marina, incrementando su presencia en el periodo hasta llegar aproximadamente al 3.5% en total. Pero son también
la nueva carne de cañón. Hoy las mujeres igual toman un arma para abatir o ser
caídas, que formulan estrategias de combate pues ya existen las mujeres
Generalas.
Son también trabajadoras
que si no las conocemos, no sabemos su historia tal vez de desempleo como otras
tantas jóvenes de hoy, que hayan visto como única opción la carrera militar.
Ahí están en las imágenes que recorren principalmente las escuelas, para ser
vistas como todo el Ejército, para dar explicaciones a través de las
fotografías de varios autores.
En territorio universitario
las vimos, como a otros de sus compañeros. Esperando que no sea el arte un
pretexto para hacer normal su presencia física, en un ambiente que nada tiene
que ver con actividades bélicas.
Ahí las conocimos, en ese
lugar donde nos asaltó la pregunta: ¿por qué para ingresar a la Universidad de
Sonora no tienen que dejar las armas guardadas como sí lo deben hacer en
iglesias o en empresas privadas?
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