Hace 10 años existe una serie de compromisos relacionados con la defensa de los derechos humanos que México firmó a nivel internacional y los gobiernos de los tres órdenes federal, estatal y municipal están obligados a promover y garantizar a quienes defienden los derechos humanos de ellos y los demás en la sociedad. El documento se le llama “Declaración defensores de derechos humanos en las Américas apoyo a las tareas que desarrollan las personas, grupos y organizaciones de la sociedad civil para la promoción y protección de los derechos humanos en las Américas”. 8 de marzo de 1999. OEA.
Pues bien, cuando concluimos su lectura, me preguntaba y me contestaba a la vez, las mujeres en realidad asumimos esa tarea de manera organizada o no organizada, en cada paso por la vida.
Solo recordemos a nuestras abuelas, a nuestras madres siempre de mano a la escuela, en espera de nuestra salida, en no menos ocasiones en el recreo por el cerco. Siempre alertas, pendientes, asistentes, cuidadoras y protectoras de nuestra vida y de los demás. Pero, ¿qué distinto es ahora?.
No creo que mucho, las mujeres hemos sido las eternas defensoras de los derechos humanos de los demás, y ¿de nuestros derechos cuándo?.
Es alentador saber que se están haciendo esfuerzos extraordinarios a nivel nacional y regional desde la propia comunidad de defensoras, desde abajo –desde lo local, el barrio, la localidad, la cuadra-, para que estos compromisos de defender a las defensoras de derechos humanos sea una realidad y no queden los compromisos y obligaciones de los gobiernos en letra muerta.
En Sonora como en el resto del país, es histórica la participación de las mujeres en la defensa de los derechos humanos, la paz y la seguridad. Desde diversos espacios y recién formada la Red Feminista Sonorense en el 2006, promovemos la Red de Promotoras-defensoras de una Vida Libre de Violencia y los derechos humanos de las mujeres y las niñas en escuelas primarias, secundarias, preparatorias, universidades y tecnológicos.
La tarea como siempre, no resulta nada fácil, sin embargo mientras nuestras abuelas y madres no contaban con un marco de normas y compromisos que los gobiernos tuvieran que cumplir, ahora sí.
Todas las mujeres defensoras de los derechos de los demás, podemos ser protegidas por defender nuestros propios derechos, y eso es una buena noticia, en tiempos de nubarrones de violencia feminicida, de violencia hacia las mujeres “por el hecho de ser mujeres”, ánima y alerta.
Los derechos que se hacen referencia en esa declaración son los consagrados como derechos humanos, recientemente incorporados en nuestra Constitución Política – son todos los derechos que nos permitan vivir con dignidad-. Que incluye desde luego, la protección que la autoridad está obligado a brindar por nuestra labor.
Todas las medidas de protección y de seguridad que se requiera para que nuestra labor, la más sencilla hasta la más compleja sea protegida y garantizada. Empezando por nuestra propia protección y cuidado en la actividad que realizamos a favor de los derechos humanos, sean profesionista, dedicada a alguna profesión en riesgo como la de una periodista, o no, solo por el hecho de ser defensoras de los derechos humanos, la autoridad está obligada a proveer todos los medios para su propia seguridad.
La necesidad y la creatividad es basta entre las defensoras, se cuenta con un protocolo para hacer cumplir la protección y seguridad de parte de las autoridades, y vamos un poco más allá de lo logrado. Se busca llamar la atención hacia una capacitación continua del cuidado de nosotras mismas, es decir, del “auto-cuidado”.
Entendido el auto-cuidado como medio y fin en si mismo, es decir, saber y aprender de nosotras mismas y al calor del batallar del día encontrar la luz al final del túnel hacia una salud integral física, mental, emocional y espiritual que permita enaltecer nuestro amor propio y el de los demás. Así, de seguro habrá más mujeres defensoras, para rato.
Leticia Burgos Ochoa
Red Defensoras de los Derechos Humanos de Mesoamérica
Red Feminista Sonorense
8 de septiembre de 2011.
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