El 28 de mayo es el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres. La Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (RSMLAC) instituyó este día en 1987 ante la necesidad de trabajar por la salud de la población femenina desde una perspectiva integral; es decir, reconociendo que salud no sólo implica aspectos biológicos sino también sicosociales como el acceso a recursos económicos, información, libertad, autonomía, la vida libre de violencia, el estatus migratorio, la preferencia sexual o de culto, que en algunos casos impide la intervención profesional de atención a la salud y prevención de enfermedades.
En 2011, la RSMLAC ha llamado la atención para que las acciones del día se enfoquen a la salud integral, con énfasis en la vigencia de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres para que se reconozca el cuerpo femenino como “un territorio de autonomía y libertad de opciones”.
Esto es especialmente importante ya que en México como en otros Estados de la región, en años recientes, los gobiernos y grupos hegemónicos de corte conservador han promovido cambios en las legislaciones y el actuar institucional que limitan el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos y coartan específicamente el derecho al aborto seguro. Huelga decir que estos retrocesos afectan directamente a las mujeres y les pone en condiciones más de muerte que de vida.
Organismos internacionales de derechos humanos y apoyo al desarrollo han dejado en claro que el acceso al aborto seguro, gratuito y salubre es una condición para reducir la incidencia de morbi-mortalidad materna.
En México aunque la muerte materna se encuentra dentro de límites más o menos controlados, se trata de un problema preocupante pues sus causas se asocian a la injusticia social y la desventajosa condición de ser mujer. Evitar la muerte por complicaciones relacionadas al embarazo, parto y puerperio es tarea relativamente sencilla y previsible si se generan las condiciones de infraestructura básica y acceso a la salud oportuna y de calidad para todas las mujeres, diversos estudios establecen que lograr estas condiciones no resulta caro e incluso generaría ahorros a mediano y largo plazo en el gasto en salud... entonces ¿por qué siguen ocurriendo estas muertes evitables?
Evidentemente los esfuerzos en materia de acceso a la salud en México, han sido importantes durante las últimas décadas; sin embargo, el énfasis se ha puesto en los aspectos biológicos. La calidad de los servicios sigue siendo deficiente y las instituciones han omitido atender los aspectos socioculturales que inciden en el problema, tales como la inequidad transversal por causas de género y la marginación persistente de ciertos grupos de mujeres. Estas cuestiones son difíciles de notar para muchas personas –incluso para quienes están al frente de nuestras instituciones-.
La inequidad de género se encuentra en las distintas formas en que hombres y mujeres hemos sido socializadas para ejercer nuestra sexualidad, recayendo sobre nosotras un mayor control; así como la exigencia de virginidad, honor y recato –esto no aplica a los varones- y que orilla a muchas jóvenes a optar por abortos inseguros antes ser la causa de ‘deshonra’ para su familia. Por otra parte, la falta de información y conocimiento de las mujeres sobre su cuerpo las coloca en posiciones de riesgo ante situaciones de embarazos difíciles y abortos espontáneos.
En lo concerniente a la marginación, la subordinación femenina pone a las mujeres en posiciones y relaciones desventajosas y violentas. La idea de que se deben tener los hijos que dios mande, sin importar el riesgo que ello conlleve; los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual; así como la carga emocional y sicológica de la violencia de género también contribuyen al aumento de muerte materna.
Por cierto ya dijo nuestro Secretario de Salud, que México no cumplirá con el Objetivo del Milenio de reducir la muerte materna para 2015.
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